EL provocador Albert Boadella -que no ha hecho nada digno desde las viejas glorias de Els Joglars, y ya ha llovido...- pasa por ser un intelectual azote del nacionalismo catalán. Tanto, que fue nombrado presidente del engendro ese de Tabàrnia -el ficticio país de catalanes antiindependentistas- y él cree que ejerce de tal. Ayer, criticó a las mujeres que ahora denuncian a Plácido Domingo y escribió: “Las manos de un macho no están para estar quietas precisamente. De lo contrario los humanos no existiríamos como especie”. Tabàrnia sí tiene al dirigente que merece.