Dicen que la medida de lo que somos es lo que hacemos con lo que tenemos. Y Roberto Galdos sabe mucho sobre la resiliencia y el luchar contra todo pronóstico. En 2005 sufrió un accidente de tráfico que lo dejó en estado de paraplejía en silla de ruedas, pero eso no ha sido impedimento para él para lograr convertirse en un profesional del bádminton.
Empezó a practicar bádminton en 2006 con Javier Fernández de luco, que ya lo había probado con anterioridad. A finales de 2008 empezó a entrenarles DINA Abouzeid y en 2009 consiguió ganar el campeonato de España y ese mismo año representar a España en el mundial de Corea y seguir compitiendo en internacionales hasta el año 2019 (en Tokio).
“Me hizo mucha ilusión ganar mi primer campeonato de España y el internacional de Dubai en mixtos, así como un tercer puesto en individuales en Dortmund”. No en vano, en cada competición ha demostrado su amor y pasión por esta modalidad deportiva, así como su entrega, constancia y la disciplina, pese a las dificultades.
Roberto Galdos en un claro ejemplo de superación. Hace casi 20 años, sufrió un accidente de tráfico y desde entonces vive en una silla de ruedas. Pese a este obstáculo de la vida, nunca tiró la toalla ni tampoco se rindió
Esas complejidades existen, sobre todo en formato de dolor. “Lo más duro siempre ha sido y sigue siendo las secuelas que te deja el accidente, infecciones de orina recurrentes, dolor neuropático, y eso hace que necesites mucha más motivación para competir”, comparte.
Forma de vida
Este gasteiztarra encontró en este deporte su escape mental y físico y lo convirtió en su forma de vida. “Para mí el bádminton se ha convertido en mi forma de vida tanto con los entrenamientos como siguiendo los torneos escolares de los chavales del club e incluso ayudando en la organización del torneo internacional de parabádminton de Vitoria”, explica.
Su constancia y entrega ha sido de tal magnitud que asegura que a sus 59 años ya ha cumplido prácticamente todos los sueños que un día no pensó ni que llegaría a cumplir. “A nivel de bádminton he cumplido todos mis sueños, el único que me quedaría sería poder seguir compitiendo a nivel nacional”, dice. Y, si mira al futuro, asegura que lo hace con optimismo y ganas, siempre vinculado al mundo del deporte ya sea en el bádminton o incluso en otro deporte igual de ambicioso y motivador: “Me gustaría verme disfrutando del deporte, tanto del bádminton como del ciclismo que también me gusta mucho”.
En cuanto a su club, asegura que se lo ha dado todo. “El club Zuzenak me lo ha dado todo, he tenido un apoyo al 100x100 y es una referencia a nivel nacional”.
Esfuerzo, constancia y superación son tres de las palabras que forman parte de su vocabulario. Y amor. Mucho amor por este deporte y por todo lo que le ha aportado y ofrecido a lo largo de los años.