El Gobierno y los agentes sociales afrontan una semana decisiva en las negociaciones que mantienen con el objetivo de cerrar una reforma laboral, con acercamientos en asuntos como los ERTE poscovid, aunque aún distanciados en el punto clave de la normativa: la contratación.

La mesa de diálogo social continuará esta semana, en dos reuniones, abordando las contratas y subcontratas y la prevalencia de los convenios colectivos, que ya vieron en el encuentro del pasado viernes, temas a los que sumarán la ultraactividad. Pero es la contratación el asunto “más complejo” de los que se abordan en la mesa de reforma laboral, aseguraba esta semana el líder del sindicato UGT, Pepe Álvarez, quien apuntaba a un mayor consenso en negociación colectiva o el desarrollo de un nuevo modelo de ERTE.

Desde el 17 de marzo, el Ministerio de Trabajo ha venido manteniendo reuniones semanalmente con patronal y sindicatos, que se han intensificado en las últimas semanas, con el objetivo de tener aprobada y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que termine el año una reforma laboral, si es posible, con consenso. Las posturas han estado muy alejadas casi desde el principio y llevaron la negociación casi a la ruptura cuando la patronal se levantó de la mesa hace un mes, momento que coincidió con la incorporación al diálogo social de la Vicepresidencia Económica y del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.

Esta pasada semana el Gobierno y los agentes sociales mantuvieron tres reuniones, en la primera de las cuales la patronal presentó una propuesta, según informaron fuentes de UGT, en la que los empresarios planteaban un contrato temporal con más causas.

En concreto, se hablaba de seis causas por motivos de producción, además de la prevista para contratas, subcontratas y licitaciones de la administración, y de cuatro causas para los contratos temporales de sustitución (reserva de puesto de trabajo, vacaciones, reducción de jornada y cobertura de vacante).