BBVA ha creado un proceso de recogida de tarjetas de crédito o débito para su reciclaje en el Estado con el fin de fomentar la economía circular, que tiene como objetivo aprovechar recursos para darles otra vida y devolverlos al mercado con una forma nueva que contribuya a la conservación del medio ambiente.

Esta iniciativa, que vio la luz a finales de diciembre y que permite que sus clientes entreguen sus tarjetas dañadas o caducadas en las oficinas, ha posibilitado el reciclaje de un total de 85.962 tarjetas. Esto supone una reutilización del 90% de las materias primas que las componen para producir nuevos productos.

De media, BBVA emite aproximadamente un total de 950.000 tarjetas al trimestre -3,8 millones al año-, ya sea por caducidad, robo, pérdida o nueva emisión. En esta primera recogida se ha reciclado alrededor del 10% de la media total trimestral.

Gracias a un acuerdo de colaboración con las fundaciones medioambientales Ecoasimelec y Ecopilas, ambas integradas en Recyclia, la mayor entidad administradora de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y luminarias de España, el banco ha impulsado el reciclaje de casi 90.000 tarjetas recogidas desde finales de 2020, lo que equivale a la reducción de 447 kilos de estos residuos. De esta forma, gestiona este tipo de residuos y respeta el medio ambiente al tiempo que fomenta una economía circular basada en las cuatro erres: reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.

El reciclaje de las tarjetas y la recuperación de los elementos que las componen ha permitido reutilizar casi de manera íntegra las tarjetas recogidas, dando una segunda vida a sus materias primas para crear otros materiales o incluso para la creación de energía a través de la quema del 3,8% del material usando maquinaria controlada para la emisión de gases nocivos. Además, la recogida selectiva de estas tarjetas facilita la gestión de los residuos en las plantas de reciclaje.

“En BBVA hemos desarrollado durante los últimos años numerosas iniciativas para proteger el medio ambiente situando la sostenibilidad en el centro de nuestro negocio. Acciones como el reciclado de las tarjetas y el impulso de la economía circular reflejan una vez más nuestro claro y firme compromiso con la sociedad y con el respeto a la naturaleza,” subraya Roberto Pagán, responsable de medios de pago de BBVA en España.

El reciclaje de tarjetas se suma al compromiso con el medio ambiente que BBVA ya había adquirido mediante la puesta en marcha de prácticas de reutilización y reciclado de aparatos eléctricos y electrónicos, así como de pilas y baterías a través del acuerdo con las fundaciones de Recyclia y de otras iniciativas de reutilización.

Pioneros

Con todo, BBVA fue la primera entidad bancaria de Europa en lanzar una tarjeta de plástico reciclado en PVC (policloruro de vinilo), que procede de desechos de otros materiales plásticos como el embalaje o la automoción. El compromiso de la entidad financiera es seguir mejorando este producto hasta hacerlo 100% reciclado, incluyendo elementos como los chips.

Asimismo, BBVA también permite a los clientes la entrega de las tarjetas de telepeaje, también conocidos como VIA-T, en las oficinas. Se analizan los dispositivos por si pudieran ser reutilizados. En caso contrario, son enviados a la planta de reciclaje cumpliendo así con la normativa a través de los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor. Solamente la próxima semana se reciclarán 76.270 unidades de VIA-T, con un peso total aproximado de 1.500 kilogramos.

Apuesta por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente

La apuesta de BBVA por la sostenibilidad le ha llevado a convertirse en un referente mundial como impulsor de la financiación verde. De los más de 20.000 millones de euros que el banco destinó en 2020 a actividades, infraestructuras y agroindustria sostenible, así como a emprendimiento e inclusión financiera, el 42% (8.500 millones) se movilizó en el Estado español. La entidad ofrece a sus clientes empresariales un servicio integral de acompañamiento en la adopción de medidas de eficiencia energética: sensibilización, diseño de proyectos, gestión de ayudas públicas y financiación. Actualmente, el volumen de ayudas públicas destinadas a la sostenibilidad en el Estado se estima en 1.000 millones de euros al año y se prevé que, gracias a los fondos procedentes del Plan de Recuperación de la UE Next Generation, se incrementen en más de 30.000 millones de euros.