Jon Rahm no sabe dejarse llevar cuando entra en un campo de golf. Tuvo motivos para ello. El duro golpe sufrido en los dos últimos hoyos del sábado y estar a diez golpes de la cabeza, sin ninguna opción de pelear por el título, podían haberle llevado a protagonizar una jornada sin pena ni gloria. Pero esa no es la actitud del vizcaino. La pelea constante es una de sus señas de identidad y ayer domingo realizó su mejor recorrido en el exigente Ocean Course de Kiawah Island. Mejoró en todos los aspectos del juego y eso le sirvió para firmar una tarjeta de cuatro golpes por debajo del campo, una de las mejores entre todos los participantes y un mérito enorme teniendo en cuenta la dificultad de este recorrido. Este resultado le sirvió para acabar por primera vez debajo del par y marcharse del Campeonato de la PGA con un buen sabor de boca. El golfista de Barrika estuvo mucho más acertado con las aproximaciones a los greenes y eso le dio varias opciones de birdie que esta vez sí que aprovechó. Finalmente consiguió sumar seis hoyos por debajo del par y solo cometió un par de bogeys. Esos pequeños lunares no le impidieron acabar una vez más dentro de los diez mejores del torneo. Algo difícil de creer viendo el resultado y las sensaciones de los tres primeros días, pero que estuvo cerca de producirse.

Desde el inicio, Rahm estuvo a un nivel altísimo y solo necesitó tres hoyos para sumar los dos primeros birdies del día. Apenas cometió errores y no desaprovechó casi ninguna oportunidad, sacando provecho también del hoyo 7, el primer par cinco del día. Su bogey en el 8 no le detuvo y sumó otros dos birdies más antes de firmar otro error en el 14, cuando estaba a punto de entrar entre los diez mejores. Sin embargo, ayer domingo esos golpes no le frenaron lo más mínimo y en el 16 se quedó a centímetros del eagle. Una buena despedida del Campeonato de la PGA que le permite ganar confianza de cara a futuros torneos.

mickelson histórico

Al cierre de la edición, Phil Mickelson era el líder del torneo con tres golpes de ventaja y dos hoyos por jugarse. El golfista estadounidense estaba a punto de convertirse en el jugador más veterano en ganar un grande.