Baja el telón del Campeonato del Mundo de MotoGP. Se cierra un año atípico, condicionado por el coronavirus, un curso que ha celebrado todos sus grandes premios en Europa, y que para poder estirar el calendario a 14 carreras ha repetido cinco escenarios. Una temporada que ha destrozado las previsiones, con el campeón Marc Márquez lesionado en la primera cita y ausente en las demás, dejando al Mundial huérfano de la jerarquía impuesta los años previos. Ese vacío, la mejora de marcas que antes corrían en segundo plano -como la campeona Suzuki y KTM- y el auge de las motos satélites han propiciado una pluralidad histórica. Solo 2016 había conocido a nueve ganadores diferentes en el mismo año; pero entonces se disputaron 18 pruebas. Morbidelli (3), Quartararo (3), Oliveira (2), Mir, Rins, Dovizioso, Viñales, Binder y Petrucci se reparten el botín. Nueve de estas victorias son de equipos filiales, los únicos que han repetido triunfo. Insospechable.

Joan Mir ha liderado la revolución. El mallorquín de 23 años solo ha firmado una victoria y ninguna pole, pero con siete podios y una regularidad proyectada con inteligencia, con una brillante gestión del agitado contexto, con consistencia, ha demostrado que no es necesario ser el más rápido para ser campeón. Era su segundo año en MotoGP y el quinto como piloto mundialista; Márquez o Rossi invirtieron seis para reinar en la máxima categoría. Con Mir, Suzuki ha vuelto a gobernar dos décadas después. Eso sí, de haberse aplazado la resolución del título a la última carrera...

Mir cerró el curso con lástima. Salió 20º en el Gran Premio de Portugal tras padecer problemas electrónicos el sábado. Remontó 8 puestos en la primera vuelta, pero un toque le devolvió al 20º lugar para más tarde abandonar por un asunto mecánico. El broche ideal lo puso Miguel Oliveira, profeta en su tierra. El poleman portugués venció sin oposición, implacable: en tres vueltas sacó 2 segundos al rival inmediato. Miller arrebató el 2º lugar a Morbidelli en la última vuelta, pero el italiano, 3º en Portimao, es el subcampeón mundial; batió a Álex Rins, 15º ayer y 3º en la general.

Morbidelli es otro ejemplo de la sublevación. Milita en el equipo filial de Yamaha. Con una máquina anticuada ha puesto en evidencia a los primeras espadas de la marca japonesa: Viñales, Quartararo y Rossi. Las revelaciones de este inusual año han sembrado de decepciones la parrilla. El trío de aspirantes de Yamaha al título concluye el Mundial en 6ª (Viñales), 8ª (Quartararo) y 15ª posición (Rossi). Otro candidato, Dovizioso, subcampeón de los tres años anteriores con Ducati, pasa a tomarse un año sabático con su 4º lugar en el campeonato, igualado a puntos con el 5º clasificado, Pol Espargaró y su sorprendente KTM. Y por primera vez en su historia, Honda finaliza una temporada sin victorias, con Nakagami, miembro del equipo satélite, como primera referencia con su 10º lugar. El piloto de la estructura oficial, Álex Márquez, termina 14º, un peldaño por encima de Rossi, quien abandonó en cinco carreras y se perdió otras dos por el covid-19. Todo muy difícil de imaginar. Increíble. La incertidumbre ha dejado emoción. Muchos relamerán sus heridas por no haber sacado provecho al año de las alternativas.

Bastianini y Arenas, campeones Moto2 y Moto3 se decidieron en el último suspiro. Los defensores de los lideratos terminaron culminando, pero con apuros hasta el giro final. Enea Bastianini acabó 5º en Portimao, y con tres victorias y siete podios se coronó en la categoría intermedia en su segundo año en la cilindrada. La Bestia ha sumado 205 puntos para superar los 196 de Luca Marini -ayer fue 2º- y Sam Lowes -terminó 3º-. El campeón italiano de 22 años ascenderá la próxima campaña a MotoGP para correr junto a Marini en el equipo Avintia de Ducati. Mientras, la última carrera de la temporada se la llevó Remy Gardner, hijo de Wayne.

En Moto3, Albert Arenas se proclamó campeón con la 12ª plaza para sumar 174 puntos, por los 170 de Tony Arbolino -fue 5º- y de Ai Ogura -acabó 8º-. El gerundense de 23 años, con tres victorias y cinco podios, saltará a Moto2 de la mano del Aspar Team, tras cinco campañas en la categoría inferior. El ganador en el circuito del Algarve fue Raúl Fernández.