trapagaran - Jon Rahm fue la gran atracción de la final del torneo Seve & Jon golf for kids que se celebró ayer en el Meaztegi Golf Club de La Arboleda. Setenta y dos niños y niñas de distintas partes del Estado se dieron cita en el campo vizcaino que contó con el golfista de Barrika y los hijos del legendario Severiano Ballesteros (Javi, Miguel y Carmen) como testigos de lujo. “Esa mirada en la cara, esa ilusión, esa inocencia, la teníamos todos y yo la sigo teniendo”, comentó el número 4 en el ránking mundial. Rahm, que hace poco más de una semana reeditó su triunfo en el Open de España, se mostró muy ilusionado con la acogida del evento que tiene como objetivo “darle más oportunidades a los niños” en el universo del golf. Todo el dinero recaudado en el campeonato va destinado a la Fundación Aladina, la cual ayuda a menores con problemas de salud, así como a sus familiares.

Rahm, que fue la gran atracción para todos los presentes, remarcó la ayuda que proporciona el golf y el torneo para inculcar valores: “Me ha enseñado disciplina, honestidad, humildad y gratitud. Quiero que se quite esa imagen de deporte de pijos, que de verdad no lo es. El golf te puede enseñar muchas cosas”. En la misma línea, Javier Ballesteros destacó “el orgullo y la responsabilidad” que supone promover el legado de su padre a través de un torneo para niños. “Tanto mis hermanos como yo estamos muy contentos”, admitió Javi.

Los participantes compartieron la mañana con una estrella mundial del golf como es Rahm. Nervios y mucha ilusión. Los ganadores de las clasificatorias que se celebraron en distintos clubes españoles se dieron cita en la gran final. La alavesa de 12 años Paula Gorostiaga fue una de las afortunadas de disputar esta última ronda. Su madre, orgullosa, contó cómo su hija vivió esta jornada tan especial: “Lleva jugando desde los cinco o seis años, el golf le apasiona. Hoy se le nota nerviosa, está comiéndose las uñas”. Pero el premio de conocer a “un ídolo” como Rahm compensó cualquier esfuerzo.

en busca de un autógrafo En muchas ocasiones, las figuras parentales son las encargadas de transmitir a sus pequeños el amor por el deporte. Es el caso de los golfistas profesionales Juan Carlos Villapún y Álvaro Salto, del Club de Campo de Madrid. “Pablo tiene diez añitos, pero está compitiendo con mucha ilusión”, señaló emocionado Álvaro. La oportunidad de ver a su hijo en la final del torneo y compartir protagonismo con Rahm no tiene comparación: “Hemos seguido a Jon en el Open de España y el poder venir aquí y estar un día más con él hace todo mucho más especial. En el Open conseguimos algún autógrafo y alguna foto pero aquí está mucho más cerca y relajado”.

El ambiente, las instalaciones, la organización y el soleado día invitaron a vivir una jornada apasionante a todos los asistentes que se acercaron a Meaztegi, como quiso destacar Juan Carlos Villapún. Su hijo Jorge, de trece años, lleva más de media vida jugando al golf y “la ilusión y las ganas de disfrutar de la final brotan de su alma”, según admitió el progenitor.

A sus 24 años, Jon Rahm es ya una estrella mundial del golf. Pero pocos conocen al deportista vizcaino como la barakaldarra Judith Añes, una apasionada de este deporte y del de Barrika. “Cuando juegas se te libera la mente. Yo lo sigo y lo conozco desde que tenía doce años. Ya veías que era un genio”, comentó Añes. La vizcaina cree que se debería apostar más por el golf, ya que no es un deporte “tan lejano como parece”. Al igual que Jon, Judith opina que este deporte no está hecho solo para los más pudientes, pero sí que necesita el impulso que otras disciplinas como el fútbol y el baloncesto tienen. “Es un deporte bonito, hace equipo y te ayuda a ser honesto contigo mismo. Se debería abrir un poco”, relató. El contar con un referente de la magnitud de Rahm es vital para el crecimiento del golf. El éxito y los títulos no son lo más importante para crear cantera, sino los valores que una persona pueda transmitir. Y Judith lo tiene claro: “Me parece que Jon es humilde y se tiene que valorar que esté aquí con los niños siendo quien es. Es hermoso ver a gente de todos los sitios”.

A día de hoy, es cierto que el golf no tiene la magnitud de otros deportes como el fútbol, el tenis o el baloncesto. No obstante, ilustres como Seve Ballesteros, único golfista en recibir la orden olímpica y mejor golfista del siglo XX, o Jon Rahm, que ostenta entre otros logros el récord de semanas como número uno del ránking amateur con 60, son capitales para la evolución y el crecimiento. “Un chaval me ha dicho que en tres años me iba a ganar en el Open de España, ojalá esté ahí y juguemos juntos”, contó entusiasmado Rahm. La ambición es la gasolina para lograr triunfar.