El Barakaldo cierra este 2025 con dudas, después de las tres derrotas y un empate con el que se han saldado los últimos cuatro encuentros y que han llevado al conjunto fabril a ocupar una gris décimo tercera posición en la tabla. Muy lejos de la lucha por las posiciones punteras y tras haber sufrido una caída desde la quinta posición, que llegó a ocupar en la novena jornada, a la situación actual, mucho más cerca del descenso que del play-off. Una trayectoria que quizá obligue a los gualdinegros a fijarse un objetivo diferente hasta el final de la temporada, más centrado en salvar la categoría que en luchar con los candidatos a la zona noble y al ascenso.
Varios son los aspectos que nublan el panorama de este Barakaldo. Por un lado, el campo de Lasesarre ha dejado de ser un fortín. Si bien es cierto que este curso los gualdinegros llevaban una buena trayectoria, con cuatro victorias y tres empates ante su público hasta la visita del Avilés y del Pontevedra, que se llevaron los tres puntos de Lasesarre, no es oro todo lo que reluce y resulta indudable que los fabriles han perdido fuelle en casa. Resulta muy revelador el dato de que, de los nueve encuentros disputados en Lasesarre, los rivales se han adelantado nada menos que en siete ocasiones. Los de Imanol de la Sota pudieron remontar ante Arenas, Bilbao Athletic y Racing de Ferrol, pero solo lograron empatar ante Zamora y Cacereño y ya no fueron superar al Avilés y al Pontevedra, los dos últimos equipos que han pasado por Lasesarre. Solo la victoria ante el Tenerife y el empate ante la Ponferradina dejaron a cero la puerta de los gualdinegros en su propio campo.
Si se hace el balance del año natural y sumamos las cifras de la temporada pasada, la cosa no hace sino empeorar. De diez jornadas diputadas en casa en esa segunda vuelta, los fabriles solo pudieron vencer en tres, con dos empates y cinco derrotas. Así que en 2025 el Barakaldo ha ganado en su campo tantos partidos como ha perdido, siete victorias y siete derrotas, con cinco empates.
La poca fiabilidad defensiva está siendo una de las claves para esas malas cifras no solo en casa, sino también lejos de Barakaldo. Otra rémora para los de Imanol de la Sota, que en estas 17 jornadas disputadas solo han sido capaces de dejar la puerta a cero en los dos encuentros antes citados, las visitas del Tenerife y de la Ponferradina a Lasesarre. Además, los equipos contrarios se han adelantado nada menos que en 12 de esas 17 jornadas y han obligado a los fabriles a remar contracorriente y a afrontar cuesta arriba buena parte de los encuentros.
Sin puntería
La eficacia en las áreas resulta determinante en una categoría como la Primera Federación y de ello pueden también dar buena cuenta los jugadores del Barakaldo. Y es que a la fragilidad defensiva se añade la falta de pegada de los fabriles en ataque. Otro dato revelador: de los 18 goles marcados por los gualdinegros, solo tres han llegado en las primeras partes y, además, dos de ellos llegaron en el mismo encuentro, el que se saldó con empate en Lugo.
Los dos jugadores sobre los que debería recaer buena parte del peso ofensivo del Barakaldo no están apareciendo con goles. Álex Valiño, fichado del Atlético Sanluqueño para suplir la baja de Maroan Sannadi, hizo un buen papel con cinco dianas en la segunda vuelta de la pasada campaña, pero todavía no ha visto puerta en la presente pese al indudable trabajo de brega y entrega que hace en todos los partidos. Aitor Galarza, cedido por el Eibar, tampoco ha inaugurado su casillero de goles. Casi todo el rendimiento ofensivo para los de Imanol de la Sota depende en buena parte de Víctor San Bartolomé. Con cinco goles, de él depende casi todo el bagaje ofensivo del equipo. Así lo demuestran los resultados negativos, solo un punto en tres partidos, cuando ha sido baja por lesión.
Pero también hay partes positivas. Las cinco derrotas no se corresponden con los merecimientos de los de Imanol de la Sota. Quizá la de Mérida y la de Valdebebas hayan sido las únicas merecidas. Por lo demás, han sido los detalles mencionados los que han determinado los encuentros. Un penalti privó de un empate merecido ante el Avilés y la falta de acierto impidió ganar a la Ponferradina en un momento clave y en encuentros como ante el Zamora o el Talavera. Lo bueno es que los de De la Sota saben dónde tienen que mejorar.