FUE un juego de luces y colores, con el amarillo entreverándose con el Azul Bilbao más clásico. Fue el sol amarillo de mediodía que lució a mediatarde, cuando calentaban las voces de la Sociedad Coral (rodillo, creo que se llama en el argot ciclista...) bajo la batuta de Enrique Azurza, antes de que llegase la hora en punto de la salida. Cubierto con una lona, un reloj cronómetro espera su hora, el momento en que Bilbao comenzaba los cien días de cuenta atrás para que se viva en la villa la Grand Départ Pays Basque, un arranque del Tour de Francia el próximo 1 de julio, cuando la primera etapa salga de San Mamés y cruce la meta en Begoña. Los leones y la Amatxu. No hay iconos mas queridos en el Botxo.

Ayer era la fecha elegida. Ayer era el día. La gente se arremolinaba en la plaza Erkoreka (Alberto Erkoreka, descendiente del único alcalde republicano que ha tenido Bilbao lo comentaba orgulloso...), en torno al reloj Tissot cuyo cronómetro iba a activarse en la cuenta atrás, cubierto hasta la hora en punto elegida, las 19.30 con una tela, como si fuese una de esas viejas estatuas del Renacimiento. Los acompañaban el trío Kalakan y alrededor de 150 integrantes de los coros de la Sociedad Coral de Bilbao, con Enrique Azurza dirigiéndoles e Iñigo Alberdi, Nekane Díez y Jose Luis Ormazabal cuidándolo todo. Unos metros más arriba, en la plaza Venezuela, habían quedado las autoridades, la diputada foral Elixabete Etxanobe; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; el director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme y el consejero Bingen Zupiria, los cuatro elegidos para apretar el botón. Una voz chistó por detrás: “¿no será un botón rojo?” y despertó un puñadito de carcajadas. ¡Qué va! Era transparente. En tres idiomas repitieron el mismo mensaje: “Comienza la cuenta atrás de los 100 días para la gran salida del Tour de Francia en Euskadi”. Para entonces la Sociedad Coral ya había completado su recital, desde el Goizian argi hastian que lo abrió al Aldapeko que lo abrochó. Tras el botonazo se iluminó la fachada consistorial y el maillot gigante colgado en frente y la voz en off de Jon Gómez alentaba a la gente presente a regodearse en la contemplación.

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El Tour tiñe ya Bilbao de amarillo Pablo Viñas y Borja Guerrero

El ciclista alemán Jens Voigt dio en el clavo cuando dijo aquello de “cuando me duelen las piernas, les digo: ¡callaros y haced lo que os digo!” ¿No pensarían algo similar quienes ayer formaron el pelotón de autoridades que subieron del Ayuntamiento de Bilbao a la Diputación foral y de allí hasta San Mamés pedaleando...? Allí les aguardaban el presidente del Athletic, Jon Uriarte, escoltado por las dos capitanías del Athletic: Iker Muniain y Garazi Murua para el intercambio de un maillot amarillo del Tour de Francia por una camiseta del Athletic, conmemorativa del 125 aniversario que se cumpe este año, con San Mamés también iluminado de amarillo. Para entonces, la comitiva ya se había detenido en el palacio de la Diputación foral donde les aguardaban las voces nacientes del conservatorio de la Sociedad Coral de Bilbao. Allí se sumó Andoni Agirrebeitia. Un Skoda rojo, el coche Tour, lo recorría todo.

San Mamés también luce por el Tour

San Mamés también luce por el Tour Pablo Viñas

Testigos de cuanto les cuento fueron, además de los ya citados, Amaia Arregi, Xabier Ochandiano, Oihane Agirregoitia, Itxaso Erroteta, Kepa Odriozola, Nora Abete, Jone Goirizelaia, Gabriel Rodrigo, Jon Bilbao, Ibon Calderón o Alvaro Pérez entre otras autoridades municipales, el nuevo director de los forenses vascos, Ion Arrieta Valero; el alma del Slow Food vasco, Mariano Gómez, el director general de Lan Ekintza, Javier Garcinuño; el médico Juan Gondra, un apasionado del deporte, Teresa Eizmendi Lekanda, José Miguel Urrutia Larrazabal y un buen número de asistentes al banderazo de salida.

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Hubo ciclistas urbanos que detuvieron su marcha al encontrarse con esta celebración. Si quieren un ejemplo fijémonos en

Iker Careaga, Alvaro Careaga y Juan Carlos Álvarez Otero. Y hubo también gente apasionada con la bicicleta como Iñaki Sainz junto a Eneko Sainz, un ciclista de la gela de Galdakao Txirrindulari Elkartea, aun con el maillot. A la cita tampoco faltaron Nerea Erdoiza, Luis Mari Imaz, Iñigo Imaz, Beatriz Agelma, Iñigo Elorza, Gotzone Ariztinuño, Izaskun Mendizabal, Ainhoa Argote, Joseba Madariaga, Jon Igartua, quien buscaba entre los asistentes a viejas glorias vascas en el Tour como Marino Lejarreta, Julian Gorospe, Fede Etxabe o Roberto Laiseka entre otros, sin encontrarlos, Javier Agirre, Alberto Ruiz de Azua, Iñaki Etxebarria, Jon Urrutia, Mikel Ballesteros, Nagore Merino, Alvaro Zarate y otro buen puñado de gente que se sumó en el camino y que volverán a acercarse a las cunetas cuando el Tour despliegue sus alas a principios de julio y la emoción del pueblo salga a la calle a verles volar a ellos, a los ciclistas que le dan vida.