El notable arranque de temporada del Surne Bilbao Basket ha instalado el estado de optimismo y ambición en el vestuario de los hombres de negro. Álex Reyes y Jaume Ponsarnau, el primero de manera más desatada y el segundo con más precaución como corresponde a su rol, han dejado claro este miércoles este sentimiento mientras preparan la visita del Coviran Granada del próximo sábado, un encuentro que en caso de sacarlo adelante colocará un magnífico balance de 4-1 en el casillero de la escuadra vizcaína.
El tirador no dudó a la hora de apuntar que “por el trabajo a diario y el compromiso que veo en todos ya dije antes de empezar la Liga Endesa que veo al Bilbao Basket peleando por objetivos ambiciosos. Me encantaría decir que a final de curso nos encontraremos en posiciones de play-off, ojalá que así sea. ¿Qué tenemos opciones y tenemos ganas de hacerlo? Eso te lo puedo garantizar. Cuando ves al equipo trabajar cada día se ven ganas y hambre. Vamos a ir jornada a jornada, pero por supuesto que hay que pensar en grande. ¿Quién nos puede decir que no podemos meternos en la Copa o luchar por estar en el play-off? Ojalá que así sea”.
“Álex es ya de Bilbao, con todo lo que eso supone”, respondió Ponsarnau cuestionado por las palabras de su jugador, manteniendo un discurso mucho más precavido: “Pero dejadme que siga marcando el camino como entrenador y el camino es seguir consiguiendo nuestras pequeñas metas, que de conseguirlas nos llevarán a las grandes”.
Además, analizó el hecho de que “de primeras, tenemos un largo recorrido por delante y tenemos que ver cómo vamos a llevar la doble competición, como respondemos delante de adversidades en forma de lesiones… Nos faltan muchísimas cosas para calibrar nuestras capacidades pero sí que estamos contentos tal y como tratamos de transmitir desde el primer momento, contentos con lo que somos e ilusionados con lo que podemos ser.
RESPETO AL GRANADA
Con el equipo sin problemas físicos destacables aunque “aún hay jugadores que deben adaptarse a las exigencias de la liga” en este aspecto del juego, el entrenador catalán focalizó todos los esfuerzos de su equipo en el rival del sábado, haciendo hincapié en que “el Granada es un rival trampa. Está 0-4 pero solo ha perdido la mitad de los cuartos que ha jugado. Es un equipo que cuesta mucho de agarrar porque tiene muy buenos jugadores defensivos, cuando encuentra sus momentos juega con mucha soltura, con mucho equilibrio interior-exterior, buenos tiradores… Se les han escapado partidos por malos momentos y ante buenos rivales. Será un engaño interpretar que es un equipo que viene 0-4, hay que interpretar que es un equipo muy competitivo”.
Sobre la posibilidad de que los suyos puedan caer en un exceso de confianza por la diferencia de balances entre ambos bandos, Ponsarnau apuntó que “tenemos que identificar que el mayor peligro es la calidad del rival. Si respetamos esa calidad, no nos vamos a dar margen para equivocarnos. El sábado necesitamos un público caliente porque el partido va a ser exigente. Ellos tienen calidades muy difíciles de defender”.
En ese sentido, desgranó que “Cristiano Felicio es diferencial cerca del aro y Joe Thomasson es uno de los mejores jugadores de perímetro de la liga, pero hay un jugador nuevo en la liga como es David Kramer que es peligrosísimo, a Kwan Cheatham ya le conocemos del Fuenlabrada y en su momento tuvo un impacto importante como ‘cuatro’ abierto y esta temporada saca incluso más puntos jugando al poste y ha llegado el momento de que todos respetemos al máximo a Lluis Costa. Se lo ha ganado y es un base absolutamente consolidado en la liga. Nuestro principal valor competitivo está siendo la defensa y el sábado tiene que volver a serlo”.
LA IMPORTANCIA DEL RITMO
Por su parte, Álex Reyes destacó la importancia de haber arrancado la temporada acumulando victorias ante lo que está por llegar. “Éramos conscientes de que teníamos un inicio en el que, si hacíamos las cosas bien, podíamos sumar tres o cuatro victorias. Tenemos la opción de firmar la cuarta en casa y también sabemos que luego nos llega un calendario complicado, con los equipos potentes de la liga”, ha señalado, satisfecho de que el colectivo haya incluido en su repertorio un arma que se echaba de menos: “Ahora conseguimos hacer una cosa que el año pasado nos costó más: implantar un ritmo alto al partido. Es una idea de la que ya se habló incluso antes de confeccionar la plantilla del todo y se ha llevado a cabo. Es la idea que queremos llevar toda la temporada, que los equipos rivales tengan complicado seguir nuestro ritmo de juego”.
Sobre su rendimiento particular, el alero está brillando sobre todo por sus porcentajes en el lanzamiento exterior en los encuentros de Miribilla, aunque considera que ha dado un paso al frente en otros aspectos no relacionados directamente con el acierto. “Es la vida de los tiradores. Mi estilo depende mucho del acierto. Habrá días, como en la última jornada, en los que lo tenga y otros como el del Obradoiro de no meterla en un caldero. Lo importante es que el equipo está ganando. Hay otras facetas del juego en las que también puedo aportar y de momento lo estoy haciendo. De anotar únicamente no se puede vivir. Muchas cosas son cuestión de esfuerzo y compromiso con el equipo. Lo que no puede ocurrir son errores defensivos, no implicarse en el rebote, no estar plenamente centrado en el partido… En eso me centro en el día a día”.