No ha entrado con buen pie el Athletic al nuevo año. En apenas tres semanas el conjunto rojiblanco se ha llenado de dudas, con alguna que otra excepción, como en un tramo del choque copero ante Osasuna o en buena parte de su visita al Celta. Pero en términos generales, parece que la tropa de Ernesto Valverde juega ahora a otro deporte. Quizá haya sido por la ausencia de Oihan Sancet, que apunta a volver al equipo en la cita de este domingo frente al Leganés, o porque la plantilla no ha digerido del todo bien el parón navideño, pero lo cierto es que al Athletic se le está haciendo bola este arranque de 2025. La cuesta de enero ha elevado su grado de inclinación y a los rojiblancos les urge coger aire para afrontar los dos encuentros que les restan antes de final de mes, ambas al abrazo de su público: Leganés y Viktoria Plzen.
Sí, en liga todo marcha como la seda, con el equipo haciéndose fuerte en la cuarta posición después de su reconfortante victoria en Balaídos, pero en el resto de competiciones ha hecho aguas. Cayó eliminado en octavos de Copa frente a Osasuna tras salvar en los penaltis su eliminatoria previa ante la UD Logroñés, y en las semifinales de la Supercopa no fue rival para el Barcelona. Claro que lo peor llegó frente al Besiktas en la Europa League, donde el equipo tocó fondo. No solo por los cuatro goles recibidos, que también, sino por esa sensación de incapacidad nunca antes vista esta temporada. Hasta el punto de que el capitán, Óscar de Marcos, admitió en la zona mixta del Tupras Stadyumu de Estambul que había sido el peor partido de la temporada. No dudó ni un solo instante en su afirmación. Al menos, en el torneo continental tiene margen suficiente como para permitirse un traspiés similar al del miércoles, pues venía de una trayectoria prácticamente intachable.
La tendencia de los últimos partidos evidencia que el Athletic ha perdido buena parte de su fiabilidad. Si por algo había destacado en la primera mitad de la temporada fue precisamente por eso. Nadie le regaló encadenar tres meses de competición sin perder, con algún que otro partido en el que rescató puntos sobre la bocina, como en el triunfo ante el Ludogorets o el empate frente al Valladolid, pero entre aquello y esto de ahora debe encontrar un equilibrio.
La goleada encajada ante el Besiktas el miércoles supuso la tercera derrota de los leones en un breve lapso de tiempo de solo quince días. El equipo se ha ganado por su rendimiento hasta hace cuatro días mantener intacta la confianza en él, pero urge cambiar la dinámica cuanto antes. De hecho, en solo dos semanas el Athletic ha perdido el mismo número de partidos que en los cuatro meses y medio de competición anteriores.
DUDAS EN DEFENSA
El denominador común de estas tres recientes derrotas han salido los errores propios en defensa. Frente al Barcelona fueron algunos desajustes los que permitieron el primer gol y el segundo llegó precedido de una serie de malas decisiones en la salida del balón, lo que terminó provocando un nuevo desajuste que aprovechó a la perfección Lamine Yamal para sentenciar el partido.
Los fallos fueron mucho más notables ante Osasuna. Julen Agirrezabala no tuvo su mejor día, tampoco Aitor Paredes, y los navarros se encontraron con dos regalos que no desaprovecharon para sellar su pase a los cuartos de final. Frente al Celta, fue un resbalón de Adama Boiro al borde del área el que permitió el tanto de los vigueses. Un nuevo regalo que sumar a la colección. Contra el Besiktas señalar a alguien resultaría injusto, pues nada, solo Agirrezabala, estuvo a un nivel aceptable. No funcionó nada. No hubo juego, en ataque el equipo no tuvo ideas y, para colmo, fue un flan en defensa. Incapaz de robar en campo propio, el Athletic sufrió muchísimo con los balones a la espalda de la zaga y acabó goleado.
Encajó cuatro tantos ante el conjunto turco, que sumados a los dos del Barça, los tres de Osasuna y el marcado por el Celta suman diez. En lo que va de año, solo la UD Logroñés, un equipo de la Segunda RFEF, no ha conseguido ha hacerlo gol al conjunto rojiblanco, cuyo rendimiento defensivo se ha resentido notablemente. Los números no engañan.
En los últimos cuatro partidos el Athletic ha recibido tantos goles como en los diecisiete anteriores, todos los disputados a partir del empate a uno frente al Sevilla en San Mamés, incluyendo su triunfo ante el AZ Alkmaar el 3 de octubre y la victoria ante los riojanos del pasado día 4 a penaltis. De hecho, en esos 17 partidos solo el Girona había sido capaz de hacerle más de un gol al equipo que dirige Valverde, mientras que en solo cuatro encuentros hasta tres equipos lo han logrado.
Después de una primera parte de la temporada sin apenas respiro, con partidos prácticamente cada tres o cuatro días a excepción de los parones por los compromisos, una parte del curso que el equipo superó con nota, el calendario se liberará en febrero para los rojiblancos. La cuesta de enero se le está haciendo bola al Athletic.