La lluvia ha buscado convertirse en la protagonista de la tarde, pero no ha logrado ensombrecer la llegada de Olentzero y Mari Domingi a la capital vizcaina. Desde las 17.30 horas, algo antes que en años anteriores, alrededor de unas 75.000 personas, según fuentes municipales, se han congregado desde la Plaza Moyua hasta el Teatro Arriaga para acompañar la tradicional cabalgata, convertida un año más en uno de los actos más esperados del calendario navideño. El mal tiempo no ha frenado la ilusión ni las ganas de celebrar el arranque de unas fechas marcadas por la tradición, el encuentro familiar y la magia para los más pequeños.

Las familias bilbainas, junto a visitantes de otros puntos de Bizkaia, han vuelto a demostrar su fidelidad a esta cita imprescindible. Chubasqueros, gorros y bufandas han formado parte del paisaje de una tarde en la que el frío y la lluvia han quedado en un segundo plano frente al ambiente festivo. El Teatro Arriaga, punto final del recorrido, se ha llenado de público para ofrecer un cálido recibimiento a las dos figuras navideñas, en una imagen que ha vuelto a reflejar el profundo arraigo de esta tradición en el Botxo.

Te puede interesar:

La música, los personajes y las carrozas han acompañado a los protagonistas, contribuyendo a mantener el espíritu festivo durante toda la cabalgata. Con la llegada de Olentzero y Mari Domingi, Bilbao se adentra de lleno en la Navidad, una época de reencuentros, ilusión y esperanza. La masiva participación, pese a las adversas condiciones meteorológicas, ha confirmado que la tradición sigue muy viva y que, año tras año, la ciudad responde con entusiasmo a una celebración que une generaciones y mantiene intacta la magia de estas fechas, por mucho que la lluvia intente estropearlo.