A pocas horas de que Athletic y Osasuna disputen un derbi en la Copa con ciertos aires de revancha tras lo sucedido hace dos años y en el que está en juego el pase a los cuartos, Raúl García atiende la llamada de DEIA.
Lo primero de todo, ¿qué tal está? Porque le tenemos perdida la pista desde finales de mayo del pasado año.
—Bien. Adaptándome un poco a la nueva situación. Están siendo meses novedosos para mí, intento hacer cosas que no he podido hacer en estos últimos 20 años. Estoy situándome un poco, pero contento y tranquilo.
¿Qué es aquello que más le apetecía hacer y que antes no podía?
—Sobre todo y sin ninguna duda, hacer cualquier plan con los críos. Es lo que más me llena. No solo por el plan en sí, sino porque no tengo esa sensación de responsabilidad que tenía antes de yo qué sé... Llegaba un sábado que podía estar con mis hijos, mi mujer y el perro dando un paseo y estaba pensando en llegar pronto a casa a comer. Ahora va un poco todo sobre la marcha, sin tener que organizar, pudiendo hacer lo que me apetece y sobre todo sin tener que dar esa respuesta ante la gente que te está viendo por la calle.
¿Y está disfrutando de esta parte o aún tiene cierta responsabilidad por ser un personaje público?
—No, no, he quitado el chip. Es una mochila que la he llevado cargada muchos años porque al final creo que tiene que ser así. Cualquier persona tiene que ser responsable con el trabajo, pero es verdad que con el fútbol a nivel mediático tienes que ser consciente de que representas a mucha gente, a un club, a una institución y, sobre todo, a los aficionados. Muchas veces tienes esa sensación de no querer decepcionar y siempre he querido hacer las cosas de la mejor manera posible.
¿Echa de menos el fútbol?
—Pues se lo digo a mucha gente. Tenía un poco esa duda, porque me gustaba mucho. Es verdad que soy una persona que de lunes a viernes disfrutaba muchísimo, quizá hay gente a la que el fútbol le costará más o lo disfruta de otra manera, pero yo sí ha sido algo que he disfrutado mucho y pensaba que podía echarlo de menos. Pero bueno, de momento no sé si porque es pronto o por qué, pero admito que no. Estoy feliz como estoy.
¿Lo de no echarlo de menos puede ser porque se está quitando el gusanillo jugando con los veteranos del Athletic?
—Sí… Yo tengo muy claro que de momento el fin de semana y el tiempo de mi familia es la prioridad. Esa cuestión la tengo muy clara. Luego, partiendo de la base de que el fútbol me gusta y que es complicado seguir enganchado para hacer deporte con gente con la que coincidir, pues lo de lo veteranos era una opción. De momento he jugado dos partidos y lo disfruto mucho.
Hace poco estuvo en Lezama viendo a sus excompañeros. ¿Cómo fue ese regreso?
—Soy de los que intento pasar página y olvidar lo que era ese día a día. A veces te apetece ir, por saludar y reencontrarte con ellos, pero entiendo que ese lugar ya ha pasado y no quiero estar de continuo. Pero al final tengo muchos amigos allí, gente con la que he convivido muchos años, y paso por ver cómo están, no por quitarme ese gusanillo del fútbol.
Por lo que muestra en redes sociales de sus entrenamientos, físicamente está para jugar...
—Mi decisión de dejar el fútbol no fue por algo físico. He tenido la suerte de haber acabado bien a nivel físico. No tengo dolores o molestias que sí tienen otros que lo han dejado. Fue algo más mental. Físicamente me encuentro bien y me gusta seguir haciendo deporte.
¿Suele acudir a San Mamés?
—Cuando me cuadra, con eso que te he explicado de los fines de semana, intento ir, sí.
¿Irá mañana?
—No lo sé. Tengo la suerte de que puedo decidir a última hora. Entre semana suelo ir a ver los entrenamientos de mis hijos y todavía no lo sé. Sí es verdad que siendo contra Osasuna es un partido que me gustaría ver.
¿Este tipo de partidos los disfruta desde fuera, es capaz de ponerse en la piel de un aficionado?
—Ahora tengo la suerte, y lo he notado mucho, de que mi vida no va a depender de si se gana o se pierde. Ahora mismo me guío mucho por los equipos en los que he estado, por si tengo amigos jugando… pero no me pongo de buen o mal humor si el equipo gana o pierde. Eso me ha pasado durante muchos años y ahora voy más como un aficionado al que le gusta el fútbol. Obviamente, si va la cosa bien disfruto mucho más, pero si va mal más que por mí sufro por los que están dentro.
¿Cuando ve fútbol lo ve en clave de profesional o lo hace más como un aficionado medio?
—Lo que me pasa, y no solo en San Mamés, es que cuando voy a ver cualquier partido, incluso de los críos, y escucho el comentario del aficionado me da risa. Yo entiendo que desde fuera es lógico que la gente hable así, porque se ve de otra manera, no tiene que ver estar dentro jugando a cuando estás sentado en la grada y encima viéndolo desde arriba, que se ve todo perfecto. Pero me lo tomo para disfrutarlo, intentar analizar también qué sucede. No desde el punto de vista del entrenador, pero…
Ya que lo comenta, ¿se ve como entrenador el día de mañana?
—No lo descarto, porque al final es algo que desde el otro lado he hecho toda mi vida, pero a día de hoy te diría que todavía queda. Si eso se da, creo que no será en breve.
Yendo a temas puramente deportivos, el Athletic viene de dos partidos en los que no ha estado al nivel mostrado a finales de 2024. ¿Le preocupa que el equipo no haya marcado o lo relativiza entendiendo las circunstancias que rodearon a cada encuentro?
—Sí te diría que me preocuparía bastante más que esa situación hubiese pasado, por ejemplo, en dos partidos seguidos de liga. Son dos partidos muy complejos, con sus condicionantes. Vas a Logroño y sabes que es complicado. Y a veces es algo normal que se dé un mal partido, casi más fácil a que suceda en liga. Y el del Barcelona, qué te voy a decir. Es un equipo que te puede someter en cualquier momento. Es cierto que el equipo igual no estuvo al nivel que todos sabemos que pudo estar, pero lo veo como algo normal y a día de hoy no lo veo preocupante.
¿Pudiera ser que el parón navideño explique también lo sucedido en estos dos primeros partidos de 2025?
—No sé. Es que para mí el tema físico es como el comodín del público. Cuando las cosas parece que no están igual y hay dudas ya se habla de que físicamente igual no se ha trabajado bien… Eso va muy relacionado a los resultados. Cuando los resultados vienen bien no se habla tanto de este tema. Pero también hay que ser conscientes de que el Athletic ha tenido dos partidos regulinchis en… ¿tres meses? Yo, por lo que he vivido desde dentro, y no solo aquí, lo normal es que tengas bastantes partidos raros. Y el Athletic ha tenido dos en mucho tiempo.
Ahí está la racha de 15 partidos sin perder...
—Hay que darle valor. El problema es que cuando la gente se acostumbra a lo bueno parece que bajar un poco el pistón ya es como algo dramático, y no, todo lo contrario. Hay que ser conscientes de que esto es muy largo, que en el fútbol todos los partidos son súper complicados y que el equipo los está sacando con solvencia.
Antes del inicio de la temporada hubo dudas por cómo sería capaz de gestionar el Athletic su vuelta a Europa, más aún con la falta de experiencia de varios de sus futbolistas. ¿Le sorprende el nivel que está ofreciendo?
—No. Para poder competir durante una temporada en todo lo que está afrontando el Athletic lo fundamental es tener bastantes jugadores que estén al nivel para hacer esa competencia que luego hace que el equipo mejore. Ernesto (Valverde) está teniendo la posibilidad de hacerlo porque los jugadores están respondiendo y cuando salen no se nota que el nivel baja. Esa es la base fundamental, aparte de la experiencia.
En Bilbao ya se habla, al menos la afición, de la final de la Europa League y de esa posibilidad de levantar el título en San Mamés.
—Yo lo que tengo muy claro es que la gente habla muy rápido de ganar un título. En la Europa League da igual a los rivales que te enfrentes, tiene la dificultad no solo del nivel del rival, sino también del momento en el que te pille. Porque en un partido tonto en el que te expulsan a un jugador o en el que el equipo está por lo que sea a un nivel inferior, te quedas fuera. Hay que ir paso a paso, la ilusión siempre tiene que estar ahí. Obviamente, si no hubiera posibilidades de conseguir ese título la gente no hablaría de ello, ser consciente de que el equipo ha estado muchos años fuera de Europa. Hay que disfrutar del camino y ya veremos hasta dónde se llega.
¿El partido de mañana tiene aires de revancha por lo sucedido hace dos años en las semifinales de la Copa?
—Cada uno utiliza el pasado como quiere. Yo soy de los que piensa que el pasado no sirve de mucho más que para aprender e intentar solucionar los errores cometidos. Pero va en la forma de ser de cada jugador. Hay quien lo recuerda para intentar tener una motivación mayor.
¿Dónde puede estar la clave del partido?
—Va a ser un partido complicado. Osasuna está haciendo un buen año también. Es un equipo muy trabajado, que parecía que iba a tener más dudas tras la salida de Jagoba (Arrasate), pero está a muy buen nivel y cuenta con jugadores que pueden solucionar el partido. Luego también está la motivación de venir a San Mamés, de recordar lo que pasó, entiendo que eso les dará energías y fuerzas. Pero es cierto que en este caso si el Athletic está a su nivel tiene que ser favorito. Pero el fútbol lo que tiene es eso, que es bonito porque no siempre el favorito gana. Sé que el equipo va a ser consciente de ello, de que no va a ser un partido fácil, y por ahí va a empezar la posibilidad de poder pasar.
Jugar en San Mamés, por eso que apunta del favoritismo del Athletic, entiendo que será importante.
—Es obvio que todos quieren jugar en casa, porque tienes el plus de la afición. Pero por otro lado también si las cosas se medio tuercen el equipo rival sabe que la gente se va a poner nerviosa, que en este caso el Athletic que juega en casa tiene esa responsabilidad de responder, de tener que sacarlo adelante… Entonces, depende de cómo vaya yendo el partido también es un punto a favor o que te puede complicar por esos nervios.
Mañana se miden dos equipos que han hecho de sus canteras, de Lezama y Tajonar, un modo de supervivencia. Eso para el fútbol vasco es muy sano, ¿no?
—Es cierto que se trabaja muy bien. Yo he tenido la suerte, sobre todo a nivel de cantera, de trabajar en Pamplona. Osasuna es un club que si yo he llegado a donde he llegado es porque esas bases se iniciaron cuando yo tenía diez u once años y lo continúan haciendo. Se va viendo que van saliendo jugadores importantes, al igual que lo está haciendo Lezama. Creo que en los clubes que siempre han vivido de esas canteras en los momentos en los que quizá no se trabaja de la misma manera o por lo que sea hay cambios que no ayudan a que los jugadores sigan creciendo, se va notando. Pero tanto la cantera de Osasuna como la del Athletic son de las mejores que existen. No porque lo diga yo, sino porque a nivel del fútbol vasco y de lo que se está viendo a nivel mundial, también hay grandes jugadores.