Es el partido que no necesita promoción alguna. Se vende solo porque concita el ansia de victoria más potente, cada año provoca el mayor estruendo en San Mamés. Y, como ha ocurrido tantas veces, aunque hoy acaso de manera justificada, el Athletic cree hallarse en disposición de saciar los deseos de su gente y regalarle un triunfo sonado. Las sensaciones que emite el equipo de Ernesto Valverde acreditan sus opciones: viene alternando actuaciones notables y capacidad de resolución cuando el juego le sale menos fluido. Mezcla de versiones que le permite llevar una línea constante, ser competitivo, fallar poco, lo cual le hace temible.
Once victorias, seis empates y tres derrotas le contemplan, computadas LaLiga y la Europa League. Los reveses se registraron ante Barcelona, Atlético de Madrid y Girona, en el famoso día de los penaltis. Por si los singulares alicientes del clásico no bastasen, en las vísperas del mismo el Athletic se ha cargado de razones para ir de frente y escarbar en las deficiencias de un conjunto zarandeado por la exigencia y las dudas que bullen en su seno. Nunca se sabe por dónde irán los tiros, la historia nos enseña que el Madrid se transforma en una máquina letal cuando no carbura y los rivales empiezan a frotarse las manos. En este punto se detuvo ayer Ernesto Valverde: “Todos sus jugadores son extraordinarios, no puedes descuidarte nunca”.
Ya se verá si el voto de confianza que el Athletic, por su trayectoria, merece es aval suficiente para redimirse de la derrota que inauguró la última edición del campeonato. Aquel 0-2 le pilló sin rodaje, pero, mira por dónde, tuvo un efecto reactivo fulminante. El contexto presente no guarda parecido alguno, dado que si algo puede destacarse es que el equipo está muy enchufado, metido en su papel de hueso, de adversario con recursos para adaptarse a toda clase de compromisos. Por qué no a este.
La clasificación dice que el Madrid aspira a conquistar el liderato esta noche. Realidad que obedece básicamente a tropiezos ajenos y que, paradójicamente, coincide con una crisis de identidad que arrastra el proyecto de Carlo Ancelotti desde el mismo inicio de temporada. No convence, pero se mantiene arriba, al menos en liga. Un apunte que sintetiza la situación sería el mal encaje en el equipo de Kylian Mbappé, el sueño obsesivo y largamente tanteado de Florentino Pérez, y los ocho goles por barba en liga que llevan el galo y Vinicius. Marcan, pero su coincidencia, sumada a otras historias, lesiones de larga duración y la marcha del cerebro, Kroos, distorsionan la pizarra del técnico italiano, que tira de mano izquierda para aplacar los nervios del entorno merengue.
¿Simón o Agirrezabala?
La actualidad del Athletic discurre en un ambiente plácido. Tanto es así que el tema de la portería, si juega Agirrezabala o lo hace Simón, en vez de alimentar un debate se sigue con la misma normalidad que, por ejemplo, la elección de la pareja de centrales. Al menos, de momento. La decisión compete en exclusiva al entrenador, quien prefiere no pronunciarse, por razones que solo él conoce. De cara a este partido, persiste la incógnita, después de que el considerado como el segundo mejor meta del mundo debutase en una cita muy cómoda, ante el Elfsborg, y tres días después en Vallecas el puesto lo ocupase Agirrezabala.
Lo previsible es que Simón acabe siendo el elegido para el torneo de la regularidad, pero su prolongada ausencia explica que el suplente habitual, de cuyo rendimiento no hay queja, al contrario, figure en la alineación. Valverde debe elegir el día idóneo para que se produzca el relevo, pero si no fuese hoy tampoco causaría extrañeza.
Por lo demás, el once rojiblanco incluirá varias modificaciones respecto al encuentro del pasado fin de semana. El regreso de De Marcos y Vivian está cantado e idéntica previsión cabe para Prados, ausente en la jornada anterior por sanción. Otro que no faltará es Sancet, que se ahorró una hora de esfuerzo el domingo. A partir de aquí resulta más complicado anticipar novedades.
Es cierto que los hermanos Williams llevan un tute importante en sus piernas. En el caso del mayor, es evidente que está acusando la acumulación de minutos, que derivó en una lesión muscular el mes pasado. No se le ha visto fino en sus actuaciones más recientes, mientras que el joven, en su afán por tener una influencia diferencial un día sí y al siguiente también, corre el riesgo de sufrir una saturación similar. Pero cuesta creer que alguno de los dos vaya a tener un respiro coincidiendo con la visita del Madrid. Por lo tanto, la formación no diferirá de la siguiente: Agirrezabala; De Marcos, Vivian, Yeray, Yuri; Galarreta, Prados; Iñaki Williams, Sancet, Nico Williams; Guruzeta.