El Athletic recibe esta noche al Real Madrid y le puede mirar a los ojos sin pestañear. No es una bilbainada, es una realidad. No estoy diciendo que el equipo rojiblanco sea mejor, obviamente, la plantilla que tiene a disposición Carlo Ancelotti está construida para otras cosas. Lo que sí digo es que en casa y con el momento actual de los leones, quizá sea la vez en la que aquello del pronóstico está más equilibrado que nunca, e incluso hasta favorable para los locales. Es muy ilusionante afrontar el partido más atractivo de la temporada de esta manera.
Este regalo anticipado de la Navidad nos llega con unas sensaciones inmejorables y con la certeza de saber que los pupilos de Ernesto Valverde tienen argumentos, tanto colectivos como individuales, de sobra para medirse a los blancos. En lo de los argumentos individuales quiero poner el acento. Otras campañas se le ha apretado al Real Madrid con un trabajo descomunal y con un despliegue físico apto para muy pocos. La diferencia ahora está en jugadores concretos. Lo vivimos en Vallecas. Oihan Sancet, Iñaki y Nico Williams tienen eso, son capaces de desnivelar la balanza en un momento determinado de nuestro lado, qué gozada.
El once titular del Athletic es fácil de adivinar. La única duda quizá sea quién va a acompañar en la zaga a Vivian. Yeray y Paredes se juegan ese puesto en un día en el que el trabajo va a ser importante. Independientemente de rachas y momentos puntuales, el Real Madrid siempre es peligroso y en cualquier detalle te puede ganar. Esperar la mejor versión propia es en lo que toda la afición confía, pero hay que ser conscientes de quién está enfrente. Son los actuales campeones de Europa.
Día importante también para la afición. Cuando el que nos visita es el equipo blanco, el sonido ambiente se amplifica y las gradas rebosan colorido e intensidad. Curiosamente, en las últimas temporadas entre Madrid y Barcelona, los segundos son ahora menos deseados. Hubo un tiempo en el que el equipo culé caía mucho más simpático que el de la capital de España, ahora va a ser que no. En lo futbolístico es de los que nadie quiere perderse.
Quedan unas horas para que Sánchez Martínez pite el inicio del encuentro y un leve cosquilleo recorre nuestro cuerpo. Se nos va a hacer un poco largo ya que las nueve de la noche es muy tarde. Aún así habrá entradón en La Catedral y con un buen bocata para el descanso para disfrutar de lo visto. Un clásico más y la misma ilusión que cuando viví el primero. Partido grande en el mejor campo de la liga. Aupa Athletic.