El Athletic encarriló su presencia en los octavos de final de la Europa League con una victoria concluyente en, quizá, la tarde más plácida que se recuerda en su estadio. Desde luego, estuvo a años luz en cuanto a dificultad del resto de los compromisos que ha disputado en el torneo hasta la fecha. El IF Elfsborg ejerció el rol de perita en dulce, se llevó tres goles, no chutó ni una sola vez contra la portería rival y jamás discutió el gobierno del juego al anfitrión, que se dedicó a cumplir el expediente con seriedad. Sin alardes, porque nunca se vio exigido, el Athletic resolvió por inercia, desde su enorme superioridad, y lo mejor de todo fue que lo logró enseguida. 

Es posible que el público se quedase con las ganas, en el sentido de que la debilidad sueca constituía una invitación permanente al asalto de su área. Pero los rojiblancos adoptaron un perfil pragmático, tampoco era cuestión de echar el resto para obtener un resultado superior al registrado, más contundente. Los tres puntos estuvieron asegurados en todo momento y, eso sí, la aplicación de los futbolistas fue encomiable. Sobre todo, en la presión: pelearon por cada pelota con la máxima tensión y agresividad, lo cual sirvió para ganar la inmensa mayoría de las disputas. Esta circunstancia, más incluso que la propuesta con balón, fue lo que acabó por convencer al Elfsborg de que este jueves su aspiración más razonable consistía en que el encuentro acabase cuanto antes.

16

Las notas de Aitor Martínez: Adama Boiro y un dulce estreno Aitor Martínez

La verdad es que no hizo falta esperar para comprobar que, en efecto, tal como apuntaban todos los indicios, el Elfsborg era pan comido a nada que el Athletic se desenvolviese sobre la hierba como acostumbra en cualquier cita oficial. Casi sin querer tomó la delantera en el marcador, en una bonita acción de estrategia que permitió a Adama estrenarse como goleador y a partir de ahí se asistió a un monólogo sin una sola interrupción. El cuadro sueco saltó al campo a verlas venir y semejante actitud no hizo sino facilitar aún más la tarea de los hombres de Valverde, que amasaron una posesión eterna. Así las cosas, era una simple cuestión de tiempo que la ventaja fuese aumentando, como ocurrió antes de la media hora.

El marcador se abrió antes de que sucediera nada llamativo. Un saque de córner en corto, en paralelo a la línea de fondo, fue prolongado por Guruzeta hacia el centro del área y allí surgió decidido Adama para cruzar a la red rodeado de defensas haciendo la estatua. Corría el minuto seis, qué más cabía pedir. En la fase posterior la principal arma ofensiva fue Nico Williams, quien hizo auténticos destrozos, burlando a quien le salió al paso con fintas y cambios de ritmo. Puede que abusase de su neta superioridad sobre el lateral encargado de su vigilancia o del central al que coló un caño antes de lanzar su primer disparo, pero le sacó rendimiento cuando apuró por su costado antes de templar con gusto para facilitar el cabezazo imparable de Prados, esa máquina que devora kilómetros y se hincha a recuperar y servir rápido al compañero. De nuevo, los rivales quedaron retratados ante el empuje del centrocampista en una zona tan delicada.

Los síntomas de impotencia, de aparente temor que emitió el Elfsborg, redujeron el interés del partido a ese primer tramo. Dos no bailan si uno no quiere, por lo que el Athletic se limitó a tocar y tocar, a menudo sobre la divisoria del campo, sin prisas, aguardando a hallar un espacio, preferentemente apostando por las intervenciones de Nico Williams, pero sin pisar el acelerador hasta el descanso. Lo veía tan fácil que hasta concedió una llegada, mal resuelta, pero que puso en evidencia la ausencia de rodaje de Unai Simón, que salió a destiempo del marco.

Una anécdota en mitad del aplastante dominio local. Valverde había concentrado las novedades de su once en la zaga, donde solo repitió Vivian; mantuvo intacta la pareja de medios, aunque solo la presencia de Prados estaba cantada por estar suspendido en liga. Mientras que en ataque podría decirse que fue con todo al ubicar a Guruzeta por delante de su trío favorito: los Williams y Sancet. Era evidente que la consigna prioritaria era encarrilar el choque cuanto antes. 

Y pese a que el Elfsborg trató de despertar a la vuelta de vestuarios, el Athletic se encargó de aplacar el amago de reacción con un tercer gol. Adama se anticipó al lateral en un cambio de juego de Galarreta, penetró sin oposición en el área y cedió raso para que Guruzeta percutiese con la zurda lejos de un Pettersson vendido. No transcurrieron ni cinco minutos y Valverde retiró a Iñaki Williams y Galarreta. Era el escenario perfecto para dosificar a los más habituales. Cumplida la hora, los sustituidos fueron Sancet y Nico Williams.

También Oscar Hiljemark movió el banquillo, pero dio igual, el guion no experimentó alteración alguna. En todo caso, apuntar que la producción ofensiva del Athletic fue menor hasta la conclusión. No obstante, para entender la modélica disposición de todos los que intervinieron, sirva el detalle de que en el tiempo añadido todavía el Athletic se cobró dos remates.

Previamente, al margen de diversas florituras individuales sin consecuencias, pero muy celebradas por una grada que ansiaba celebrara más goles, hubo una única situación propicia para conseguir el cuarto tanto. Gorosabel, que se fue creciendo, agarró un chut muy duro, el portero acertó a repeler, pero le cayó a Guruzeta y su volea, que probablemente hubiese entrado, fue desviada por el lateral Ouma en posición forzada. Poco más que resaltar. Se trataba de derrotar sin sobresaltos a la cenicienta del grupo, eludir contratiempos en el plano físico y no desgastar a determinados hombres. Objetivos que se cumplieron al dedillo. El Athletic está cada vez más cerca de octavos. Ahora toca aferrarse a la envidiable posición que ocupa en la tabla.

ATHLETIC: Simón; Gorosabal, Vivián, Paredes, Adama (Min. 76, Lekue); Galarreta (Min. 56, Herrera), Prados; Iñaki Williams (Min. 56, Berenguer), Sancet (Min. 63, Unai Gómez), Nico Williams (Min. 63, Nico Serrano); y Guruzeta.

ELFSBORG: Pettersson; Holmen, Buhari Ibrahim (Min. 46, Ouma), Henriksson; Hedlund, Besfort Zeneli (Min. 72, Holten), Baldursson, Hult; Baidoo (Min. 72, Yegbe), Qasem (Min. 72, Kaib) y Arber Zeneli (Min. 46, Rapp).

Goles: 1-0: Min. 6; Adama Boiro. 2-0: Min. 24; Beñat Prados. 3-0: Min. 53; Guruzeta.

Árbitro: Giorgi Kruashvili (Georgia). Mostró tarjeta amarilla al local Prados y al visitante Buhari Ibrahim.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la Europa League disputado en San Mamés ante 46.325 espectadores. Entre ellos más de 400 seguidores visitantes. Como cada vez que un equipo visita por primera vez San Mamés, el capitán del Elfsborg, Sebastian Holmen, depositó un ramo de flores en el busto de Pichichi a pie de campo.

57

¿Has estado en San Mamés? Búscate en nuestra galería Oskar González | Pankra Nieto