A riesgo de que suene pedante, hay que recordar que cada partido es una historia independiente, que no necesariamente guarda relación con el contexto o los compromisos previos. De ahí que cuando todavía no se han acallado del todo los ecos de la extraordinaria actuación frente al Atlético de Madrid, no esté de más analizar la visita de Las Palmas con un punto de prudencia. Cuesta porque su reciente exhibición otorga al Athletic la vitola de favorito sin discusión. Aunque su fútbol no alcance la excelencia esta noche en San Mamés, parece razonable confiar en que hará suyos los tres puntos y continuará en la línea de eficacia que ha presidido la inmensa mayoría de las actuaciones en campo propio.

El conjunto canario, por su condición de recién ascendido, acaso sea de los menos conocidos para la afición rojiblanca. No obstante, un vistazo a la tabla revela que se trata de un buen competidor. En estas páginas ya se han desmenuzado diversos aspectos estadísticos, relativos a los pocos goles que adornan sus resultados. Marca poco y recibe menos aún, sin que ello le impida ocupar una posición desahogada. El acusado pragmatismo que se deriva de los datos que acumula, aconseja pues cierta precaución. Si se califica de estupenda la trayectoria del Athletic, con esos 32 puntos que luce en el casillero, también merece una reseña que un club modesto figure a estas alturas con 25.

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Números aparte, Las Palmas se distingue por su propuesta, incomparable a las del resto de los equipos de la categoría. A las órdenes de Francisco Javier García Pimienta practica un juego fácilmente identificable con la escuela de las islas. El técnico que logró el ascenso se estrena en la élite siendo fiel a los fundamentos que históricamente han caracterizado a la entidad. Quiere la pelota, la maneja con criterio y hace gala de una parsimonia que en ocasiones lleva a preguntarse si realmente tiene intención de llegar al área contraria o se conforma con dejar que pasen los minutos y el adversario no lo haga.

Por momentos, la idea puede resultar hasta aburrida, reiterativa por la sucesión interminable de pases en corto cerca de la divisoria, auténticos rondos, pero, lo dicho, no le va mal. Suele acabar encontrando el resquicio para marcar su golito y el portero se las arregla para subsanar las deficiencias defensivas. Será interesante comprobar si su concepto es válido para aguantar el ritmo frenético del Athletic, esa presión asfixiante, así como la velocidad de sus transiciones. El gran peligro para el Athletic estriba en dejarse contagiar por ese aparente desdén de los amarillos, en las antípodas del vértigo y la vivacidad de los hombres de Ernesto Valverde.

Vesga o Herrera

La previsión apunta a que el once del Athletic sea calcado al último. Óscar de Marcos e Iñigo Ruiz de Galarreta no se han recuperado, por lo que solo asomaría la opción de Mikel Vesga. Sin excesivo fundamento si se atiende al comportamiento de Ander Herrera y Beñat Prados. El hecho de que el campeonato vaya a interrumpirse hasta enero, contribuye a reforzar la apuesta de la continuidad. Han pasado pocos días desde la cita anterior, por lo que tocaría vaciar el depósito esta noche, que tiempo de sobra habrá luego para descansar.

Por delante de Simón no se atisba ninguna alternativa de peso. Seguirá Lekue por el lado derecho; Yuri, quien pese a sufrir un golpe pudo completar los 90 minutos ante los colchoneros, en el izquierdo; Vivian y Paredes, en el centro. Yeray necesitará varias semanas para reaparecer de inicio. En la zona ancha, la pareja mentada con Vesga dispuesto para dar un relevo en la segunda mitad y Unai, por si acaso, en la recámara.

Por supuesto, nadie se imagina que no estén los cuatro jugadores que se reparten las posiciones más ofensivas. Atraviesan un momento muy dulce. Muerden a los rivales sin reservas, provocan el error y fabrican oportunidades. Redondean su labor con la suficiente inspiración para canjear por goles un despliegue que no es nada fácil contrarrestar.

Las Palmas-Athletic | El análisis final de José Manuel Monje

Las Palmas-Athletic | El análisis final de José Manuel Monje José Manuel Monje

Mientras funcionen como lo vienen haciendo, el Athletic representa una amenaza muy seria para cualquier oponente. Cierto que se empieza a mirar de reojo a la Copa de África, pero parafraseando a Ernesto Valverde no es cuestión de ponerse la venda antes de la herida. Cuando falte Iñaki Williams, ya se verá, pero por ahora carece de sentido preocuparse. Desde luego, no para encarar el duelo con Las Palmas, la ocasión más a mano para ponerse con 35 puntos a falta de una jornada para cerrar la primera vuelta.