Los recuerdos en rojo y blanco de la isla de Gran Canaria evocan irremediablemente a la consecución de la penúltima liga, la de la temporada 1982-83, a la goleada 1-5 contra la Unión Deportiva Las Palmas que significó alzar un título que se le resistía al Athletic desde 1956. De ahí aquella icónica imagen de Manu Sarabia a lágrima viva sobre el césped del viejo Insular en una tarde histórica que acabó con el conjunto canario en Segunda División. Ha llovido mucho, muchísimo desde entonces. Tanto, que aquel viejo campo es ahora un parque y la Unión Deportiva juega a más de cuatro kilómetros de su antigua casa. También el conjunto bilbaino se mudó de campo, pero cuatro décadas más tarde sigue fiel a su filosofía y completando todas y cada una de las ligas en la máxima categoría. Con altibajos, con campañas peores o mejores, pero siempre en la élite. Y si nada se tuerce, como está sucediendo en la presente temporada, el equipo acabará en puestos europeos. ¿Dónde?
Serán las diez jornadas que restan por disputarse las que definirán la posición final del Athletic, que por lo pronto mete presión a los equipos que le preceden en la tabla y se queda a solo dos puntos del Atlético de Madrid, que ocupa la cuarta plaza y lleva algunas semanas ofreciendo dudas, especialmente cada vez que le toca actuar lejos del Metropolitano. Sacar adelante citas como las de ayer, en la que sin realizar un gran juego al equipo le bastó con ser solvente, tanto en ataque como en defensa, se antojará vital para terminar entre los cuatro primeros.
Frente a la Unión Deportiva Las Palmas, Ernesto Valverde alineó un once en el que figuraban casi todos los titulares, quizá con la duda de Iñigo Lekue, que se ha ganado tal condición por su rendimiento, pero que venía de lesión y el técnico tuvo a bien no forzarle. El resto, con la salvedad de Unai Simón, que dejará su puesto a Julen Agirrezabala, podrían estar perfectamente en la alineación de La Cartuja. Porque aunque desde dentro de la caseta y en la medida de lo posible se evite hablar de la final del próximo 6 de abril, lo que le aguarda al conjunto rojiblanco hasta entonces se antojan como distintas pruebas para lo que está por venir, esa esperadísima cita.
Ir sumando de tres en tres en liga, competir en cada uno de los partidos, es sumamente importante. Además, con el triunfo de ayer domingo, el Athletic puso fin a una mala racha de resultados lejos de San Mamés en liga, donde ganó por última vez el 4 de enero. Dos meses después y tras enlazar dos derrotas y dos empates, con un único gol a favor, los rojiblancos se desquitaron por todo lo alto, con una victoria de mérito, a todas luces merecida, en la que tiró de oficio para conseguirla. Y también de un Gorka Guruzeta que está empeñado en seguir aumentando su renta particular de goles y que ayer volvió a marcar un tanto marca de la casa, al primer toque. Lo tuvo todo la jugada: la insistencia de Óscar de Marcos, la pausa y la puntería de Nico Williams y el desmarque y el acierto de Guruzeta, que suma ya once goles en liga.
Algo mejor le van las cosas a Simón, que hasta la fecha ha conseguido dejar su portería a cero en catorce ocasiones en liga, o lo que es lo mismo, en la mitad de las 28 jornadas que se han celebrado hasta la fecha. Y lo mejor de todo es que ayer domingo no hizo falta que el guardameta ofreciera una de esas tardes que quedan guardadas en la memoria colectiva, pues el Las Palmas apenas le inquietó. Y cuando lo hizo, como Cardona en el tiempo de descuento, Unai Simón se lució con una gran acción. Estiró la pierna derecha y mandó a córner el balón. Ahí se acabó el ímpetu local y el Athletic sumo tres puntos para meter presión.
La cifra
53
Son los puntos que ha logrado hasta la fecha el Athletic en las 28 jornadas de liga que se han disputado. La pasada temporada los rojiblanos sumaron 51, dos menos que ahora, y todavía quedan 30 en juego. El curso pasado a Osasuna le bastaron 53 para acabar la liga en séptima posición y clasificarse para Europa.
