El encaje de Ander Herrera en el equipo concita un lógico interés, que va en aumento a medida que transcurren las jornadas. De momento, ha dispuesto de un par de ratos en segundas partes, consecuencia de su tardía incorporación al Athletic, con el campeonato iniciado, así como de su estado físico, no equiparable al del grupo. A estos dos factores se sumaría un tercero: la dinámica de rendimiento y resultados, reflejada en las pocas variaciones registradas en el once titular desde agosto.

Instalado en la tercera plaza de la tabla, con cinco victorias y un saldo de goles notable, el Athletic no ha dejado de ofrecerle al técnico motivos de peso para mantener intacta su confianza en la gente que viene actuando. En el centro del campo, donde se ubicaría Herrera, apuntar que Sancet y Muniain han jugado siempre de inicio, mientras que en la tercera demarcación, la más retrasada, empezó Vesga y ahora es Dani García el elegido. Una lesión del primero, que figuraba entre los destacados, le abrió la puerta al segundo, que también ha cumplido con nota.

Herrera llegó a Bilbao con dos jornadas celebradas y no fue convocado para la tercera, la visita al Cádiz, porque ni tuvo tiempo para entrenar. Entró en la siguiente lista, pero se limitó a seguir el duelo con el Espanyol desde el banquillo. No viajó a Elche, aquejado de molestias musculares, y frente al Rayo en casa se produjo su estreno. Saltó al terreno en medio de una ruidosa ovación rebasada la hora de partido, en lugar de Sancet. Luego, la liga se interrumpió quince días, período que Herrera agradecería para ir cogiendo la forma, y de nuevo tuvo minutos frente al Almería, también esta vez supliendo a Sancet.

Su recorrido equivale en tiempo real aproximado a la mitad de un partido, algo más con los añadidos arbitrales. Su aportación no ha pasado de discreta, de lo cual no se le puede responsabilizar. Aparte de que necesita amoldarse a un grupo que todavía no conoce, el contexto tampoco le ayudaba. Así lo admitió el propio Valverde tras el triunfo sobre el Rayo: “Era un partido complicado para entrar con los dos equipos lanzados en ese momento y creo que lo ha acusado”. Y recordó que debía recuperar el tono “después de un largo período de inactividad”. Ocurre que en 2022, Herrera acumula media docena escasa de partidos. Sin embargo, ese y no otro fue el primer cambio de aquella tarde.

Al de quince días se repitió el experimento con similar balance: Herrera no pudo engancharse a la tónica del duelo en el breve tiempo de que dispuso. Luego, Valverde respondió así a la pregunta de qué función le reserva en su esquema al ex del Paris Saint Germain: “Tiene la ventaja de poder jugar tanto de interior como de medio centro o incluso más adelantado, donde ya jugó en su anterior época. Pero lo que está claro es que hay competencia y se puede desenvolver bien con cualquier de ellos”. Ellos eran Sancet y Muniain. Y dijo más: “También están Zarraga, Vencedor, Vesga, Dani García… Cualquier opción es buena y que haya competencia es bueno”.

En fin, en opinión del técnico, Herrera vale para un roto y para un descosido, posee capacidad para ejercer de cierre, ser interior o media punta. En sus clubes anteriores ha alternado diversas tareas, aunque con el paso de los años se diría que su tendencia ha sido la de ir retrasando su ubicación, habitualmente por el carril central del campo. Con dicha exposición, Valverde eludió satisfacer la curiosidad de la prensa, que es la misma que se palpa en la calle. La gente hace cábalas en torno a quién saldrá de la alineación para hacerle sitio a Herrera.

Resulta obvio que si los dirigentes acometieron la captación de Herrera, movimiento que por supuesto se realizó con el visto bueno de Valverde, es para que goce de un protagonismo considerable. Al jugador todavía le falta para estar en condiciones de responder como de él esperan quienes han avalado la operación, pero este inconveniente dejará de serlo en breve y entonces se verá por dónde van los tiros. Con un calendario que solo contempla liga y Copa, la frecuencia de los compromisos se antoja llevadera salvo acaso en los meses posteriores al Mundial. Pero intercalar modificaciones en la alineación a lo largo de una temporada es algo habitual, natural podría afirmarse, máxime si se cuenta con personal suficiente; si de veras hay competencia, parafraseando al entrenador.

La incógnita que revolotea sobre la figura de Herrera se despejará paulatinamente, la propia inercia del curso revelará a quién afecta más su integración en la pizarra. Sin embargo, visto lo visto, se entendería mal que el sacrificado fuese Sancet.

La cifra

44

Es el número de minutos que ha jugado Ander Herrera, tras contabilizar sus dos únicas apariciones hasta la fecha, ante Rayo Vallecano y Almería. En ambas oportunidades, fue el primer cambio efectuado por Valverde y suplió a Oihan Sancet, quien todavía no ha logrado disputar un partido completo.