Bilbao - Lo que funciona, no se toca. A esa máxima se agarró Gaizka Garitano en el último partido disputado en San Mamés ante el Granada, cuando el técnico rojiblanco optó por dar continuidad a la apuesta lanzada una semana atrás en la visita a Osasuna, la primera de las tres citas que ha encarado el Athletic sin los servicios del lesionado Iker Muniain. Su ausencia, a fin de no alterar las pulsaciones de una propuesta ofensiva modificada con éxito sobre la marcha, la cubrió en El Sadar el joven Oihan Sancet, permitiendo que Raúl García continuara en punta e Iñaki Williams en la banda derecha, siendo Iñigo Córdoba el encargado de percutir por el costado izquierdo. Fue así como Garitano pretendió, con acierto, mantener la figura de un mediapunta concebido para crear juego, un delantero capaz de marcar diferencias en el área y un extremo veloz por delante de Ander Capa. El resultado fue una doble victoria frente a Osasuna y Granada, las cuales se sumaron al triunfo firmado previamente a costa del Levante en La Catedral, encuentro en el que los leones también sumaron los tres puntos al imponerse 2-1 con Muniain y Capa como goleadores.

La intachable secuencia de resultados, sin embargo, saltó por los aires el domingo en el Benito Villamarín, donde el entrenador derioztarra no vio premiado su intento por modificar lo mínimo posible una estructura ofensiva marcada por las sensibles bajas de Muniain y, sobre todo, Raúl García. Sin ambos, el Athletic, desorientado de entrada, se convirtió por momentos en un muñeco en manos del Betis, que resolvió el choque con un hat-trick de Joaquín en los veinte primeros minutos. Desajustados en la presión y sin apenas mordiente arriba, los rojiblancos tuvieron que tirar de orgullo y fe para no sufrir un auténtico descalabro en un partido que dejó pocas cosas positivas a rescatar y que, por contra, volvió a poner de manifiesto la importancia de Raúl García. El navarro, clave e insustituible a día de hoy por su capacidad goleadora, así como por la personalidad que aporta a un colectivo necesitado de referentes sobre el verde, dejó un vacío en Sevilla que ni Oihan Sancet, ni Kenan Kodro, en su primera titularidad del curso, pudieron ocultar.

Es por ello que el regreso del 22 contra el Eibar asoma como la mejor noticia posible para Garitano, quien podrá recuperar así el plan trazado en los dos últimos triunfos ligueros. Si la pasada semana la duda residía en quién ocuparía el lugar del de Zizur Nagusia, de cara al choque del sábado se abre la interrogante en torno a la figura de Sancet, a quien el técnico debe decidir si dar continuidad en las alineaciones o sacar del equipo en lo que sería una especie de vuelta a la casilla de salida. La exclusión del once del joven centrocampista iruindarra, no en vano, conllevaría el regreso de Raúl García a la demarcación de enganche, la vuelta de Williams a la posición de ariete y la inclusión de otro hombre de banda para asociarse con Capa. Está por ver, así las cosas, si Garitano opta por volver a agitar la coctelera tras la gris actuación completada a título individual por Sancet en el Villamarín o, por el contrario, mantiene la línea trazada en el último mes y medio de competición, con lo que Raúl García volvería a ejercer como punta de lanza.

sin derrotas En caso de que así fuera, el navarro disputaría su sexto partido como delantero centro tras estrenar rol contra el Espanyol en San Mamés (3-0), repetirlo como local frente a Levante (2-1) y Granada (2-0) y hacer lo propio en las visitas a Villarreal (0-0) y Osasuna (1-2). Los números, incontestables, reflejan el buen resultado que ha proporcionado al técnico dicha apuesta, pues son cuatro triunfos y un empate los que acumula el Athletic cuando Raúl García actúa como principal referencia ofensiva. Convertido en el máximo artillero del equipo con cinco goles en quince partidos, cuatro dianas menos de las que firmó el pasado curso y a solo cinco de su récord como león en las ligas 2016-17 y 2017-18, el rojiblanco recuperará la actividad ante el Eibar para satisfacción propia y colectiva en un vestuario que ya le ha visto ejercer como capitán.

Su impacto, sin ir más lejos, va más allá de lo apreciable en el terreno de juego, donde los pupilos de José Luis Mendilibar no se librarán de sus prestaciones, indispensables para un Athletic que tratará de sacar tajada de los recursos tangibles e intangibles que acostumbra a proporcionar un futbolista con peso mayúsculo en el equipo. Con Aritz Aduriz fuera de combate desde el encuentro contra el Espanyol el pasado 30 de octubre, la presencia de Raúl García sobre el césped ha ganado asimismo en relevancia, por lo que su regreso frente al Eibar anima a proyectar la imagen de un Athletic más fuerte, decidido y punzante en un derbi en el que el navarro ya sabe lo que es marcar.

Lo hizo en la temporada 21016-17 para dar los tres puntos a los leones en Ipurua (0-1) y repitió experiencia en la jornada 25 de la pasada campaña, cuando madrugó para firmar a los 40 segundos el único tanto del partido y el gol más rápido registrado en el nuevo San Mamés, donde la afición le esperará el sábado con los brazos abiertos.