Gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió ayer en el Parlamento Vasco que las personas han sido la prioridad en todo el dispositivo desplegado tras el derrumbe, el pasado día 6, del vertedero de Zaldibar, tanto el rescate de los dos trabajadores desaparecidos como la seguridad de los profesionales que trabajan en la zona y los vecinos del entorno. Asimismo, destacó la "coordinación" entre el Gobierno vasco y el resto de instituciones para hacer frente a una situación "de máxima relevancia, urgencia y complejidad", recordó que se ha mantenido un contacto "permanente" con las familias de los desaparecidos y anunció que el Ejecutivo se personará en la causa abierta contra Verter Recycling 2002, la empresa propietaria de la infraestructura. "Nadie debe tener ninguna duda: la verdad prevalecerá y se juzgará. El Gobierno va a exigir todas las responsabilidades a la empresa", advirtió.

Urkullu compareció ayer en la Comisión Permanente del Parlamento Vasco, a petición de EH Bildu, para dar cuenta de la gestión llevada a cabo por el Gobierno vasco tras el derrumbe del vertedero de la empresa Verter Recycling en Zaldibar, que provocó el deslizamiento de más de medio millón de toneladas de residuos y atrapó a dos trabajadores, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, que siguen desaparecidos. Fue precisamente a ellos a quienes dirigió sus primeras palabras, "palabras de consternación y, en lo posible, de solidaridad con sus familiares. Traslado este sentimiento y nuestro pesar en representación de las instituciones vascas". Junto a él comparecieron también la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia; la de Justicia y Trabajo, María Jesús San José; el de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, y la de Salud, Nekane Murga.

Urkullu defendió que las personas, tanto los dos desaparecidos como los profesionales que trabajan en la zona y los vecinos de los municipios del entorno, han sido el principal motor de las actuaciones. Esas prioridades se mantienen hoy en día, centradas en el rescate de los dos desaparecidos -cuya búsqueda se intensificó en las últimas horas tras la apertura de accesos seguros-, la seguridad de las personas que trabajan en las tareas de rescate y la garantía de la salud pública. "En todo momento hemos antepuesto y seguido la valoración experta, técnica y especializada en la toma de decisiones. La urgencia, la magnitud de los hechos y sus derivadas eran desconocidas hasta la fecha. Vamos a seguir trabajando hasta resolver los problemas de seguridad ciudadana y salud pública", reiteró.

También destacó que, "desde el primer momento", las distintas instituciones actúan de forma "coordinada" ante una situación "excepcional, extraordinaria, inusual, totalmente impredecible y con singularidades únicas". En este sentido, informó de que nada más recibir la noticia del derrumbe, "sin demora", se constituyó una Mesa de Crisis para coordinar todos los servicios de emergencia de Ertzaintza, bomberos, ambulancias y Protección Civil. Posteriormente, relató, se establecieron mesas interinstitucionales y una mesa técnico-operativa, que se reúne cada día y ofrece información a los medios de comunicación a su término. "He priorizado compartir una información veraz y comprobada con profesionales antes que la celeridad, sin interés por hacer de esta grave situación nada en la búsqueda de rédito alguno". En este sentido, Urkullu destacó que "hemos comunicado con inmediatez y transparencia la información disponible en cada momento, sin diluir sus perfiles más negativos, enfrentando con verdad la complejidad".

"Colaboración y unidad" Las explicaciones no convencieron a la oposición, que acusó a los miembros del Ejecutivo de "soberbia", de "falta de credibilidad" y de trasladar una "sensación de caos". A ellos se dirigió también Urkullu, quien lamentó que se haya utilizado este suceso como arma política, "agitando miedos, deseos vindicativos o la prisa por debilitar al adversario político". Frente a esa postura, apostó por favorecer "la colaboración y la unidad".

El lehendakari no eludió la autocrítica, admitiendo "con toda humildad" las críticas vertidas en este sentido. Defendió un contacto "permanente" con las familias de los desaparecidos "desde la misma noche del jueves", a los que les ofreció apoyo médico y psicológico, y con quienes se ha reunido personalmente en dos ocasiones, "cuando he tenido información relevante que ofrecerles". "Me consta que han recibido un trato con cercanía humana y profesional", destacó. "Lucho en mi interior entre la necesaria empatía con las personas allegadas y la prevención de que esos gestos de solidaridad sean interpretados como vacuos. Es cierto que he estado más pendiente de hacer que de decir", expuso.

También a nivel institucional. "Los mecanismos de control no han sido suficientes", reconoció, por lo que el departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda realiza una auditoría, "para analizar todos los antecedentes, causas y consecuencias de este fatal accidente". Admitió, además, que "se han cometido errores y también actuaciones mejorables en la forma" en el operativo, "inherentes a una circunstancia inédita, a su dimensión, a su complejidad técnica y a la necesidad de intervenir con urgencia". "Soy plenamente consciente de las consecuencias de estos hechos. Entiendo el malestar de la ciudadanía que vive en la comarca y lo lamento profundamente", manifestó. "Vamos a hacer una revisión crítica para mejorar, pero hemos actuado siempre desde la buena fe", finalizó el lehendakari.