Llegan las fiestas populares a Bizkaia y con ellas la música, la gente y la celebración, pero también el alcohol, los altercados y las agresiones machistas. Además de los conciertos y el jolgorio, siempre protagonistas en estas fechas, hace ya unos años que los puntos morados también se han convertido en fijos en el recinto festivo de cada municipio. Estos espacios se crearon hace unos años con el objetivo de convertirse en espacios seguros de información y ayuda para aquellas mujeres que hayan sufrido o presenciado una agresión machista sobre todo en eventos tan multitudinarios como son las fiestas.
Los últimos datos respecto a la violencia contra las mujeres y las agresiones sexuales ocurridas en el territorio preocupan, y justifican la presencia de estos espacios en los recintos festivos. En los cinco primeros meses de 2025 las agresiones sexuales en Bizkaia han subido un 19,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, según los datos del Observatorio de la Violencia Machista de Bizkaia elaborados a partir de los registros del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, en 2024 se registraron 3.611 victimizaciones de mujeres por violencia machista en el territorio, la cifra más alta desde que existen registros (2003).
Desde Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer, recomiendan a los ayuntamientos instalar estos puntos lilas en sus fiestas populares, y ponen a su disposición un manual de uso para saber cómo montar y dirigir estos espacios. En los últimos años cada vez son más los municipios que se han sumado a esta iniciativa poniendo a disposición de las mujeres y de las personas del colectivo LGTBIQ+ un espacio que garantiza la atención a las víctimas de agresiones machistas u homófobas. Un punto que sin embargo, ha ido variando en forma y dinámica, aunque el objetivo se mantenga intacto.
Múltiples iniciativas con un mismo objetivo
Getxo es uno de esos municipios que contará con un punto lila en todas sus fiestas. Al igual que en años anteriores, instalarán una carpa en el recinto festivo con el objetivo de ofrecer una atención directa e inmediata a las víctimas de agresiones, así como acompañamiento y sensibilización contra la violencia machista. Además, este punto se coordinará con la Ertzaintza, Policía Municipal y Ayuntamiento para poder activar el protocolo de actuación cuando sea necesario.
De igual manera, el Ayuntamiento de Bilbao ha puesto en marcha un curso de protocolo para atender a las víctimas de violencia machista. Una iniciativa que pretende formar y aportar conocimiento y herramientas a aquellas personas que trabajan en entornos festivos o de cara al público. El objetivo es que puedan ofrecer una atención adecuada a las víctimas de violencia machista o incidentes de odio, así como crear un espacio seguro para que todas las personas puedan disfrutar de la fiesta en libertad.
En general, los ayuntamientos son los encargados de instalar de manera oficial estos puntos morados que sirven como referencia para que las mujeres sepan donde acudir en caso de necesitarlo. Sin embargo, en algunos municipios como Sopela, la dinámica ha cambiado este año respecto a los anteriores. Hasta el año pasado, era el consistorio quien se encargaba de colocar un punto morado en el recinto festivo, además de ofrecer un servicio de acompañamiento a cargo de Gaubegi para que las mujeres y los colectivos vulnerables pudiesen llegar a casa de manera segura.
Este año, sin embargo, desde este municipio costero no hubo anuncio acerca de la colocación de un punto morado, y únicamente compartieron un decálogo con los pasos a seguir en el caso de sufrir una agresión machista y los teléfonos de contacto a los que llamar. Una información que el Ayuntamiento compartió a través de su página web y de su cuenta de Instagram. En su lugar, han sido las cuadrillas de Sopela, junto al grupo feminista 'Sugarri' y la asamblea Ukatu quienes este año se han encargado de colocar el punto morado en algunas de las txosnas, y quienes a través de sus respectivas cuentas de Instagram han ofrecido información sobre cómo actuar ante una agresión.
Ainara es una joven de Sopela que durante varios años ha participado como voluntaria en alguno de los puntos morados que los municipios de Uribe Kosta colocan en sus fiestas, y considera que, por desgracia, hoy en día estos espacios siguen siendo muy necesarios. "En las fiestas de Gorliz de este año se ha tenido que activar el protocolo dos veces y lo mismo ha ocurrido en las de Sope. Todos los días vemos en la televisión noticias de agresiones machistas, y como a la sociedad todavía le queda mucho por evolucionar, es importante que haya estos puntos y servicios como el de acompañamiento a casa", asegura.
Además, esta sopeloztarra considera que los puntos morados deberían estar organizados de manera oficial por los ayuntamientos. "Ser voluntaria en estos puntos es duro. Al final son muchas horas, de noche, y es necesario que haya personas que sepan del tema para poder atender a las víctimas de la mejor manera posible", explica.
Aunque estos puntos morados están dirigidos a prestar ayuda y asistencia a las mujeres, también existen campañas dirigidas específicamente a los hombres y a los chicos con el objetivo de convertirlos en aliados para conseguir unas fiestas libres e igualitarias para todas las personas. Es el caso de la campaña que un año más ha lanzado la Diputación Foral de Bizkaia bajo el nombre 'Jaietan Aliatuak / Vigilantes de la Jaia': una furgoneta equipada con un torpedo de rescate playero gigante, estampado como un pañuelo tradicional, que recorrerá playas, fiestas y conciertos del Territorio Histórico para repartir material informativo.
"Tenemos el mismo derecho que los hombres a disfrutar de los espacios públicos, de la fiesta, de la noche, del verano. Por eso llamamos a los hombres, a la gran mayoría de los hombres que están de nuestro lado, a ser aliados para que podamos tener unas fiestas igualitarias, libres, alegres, respetuosas y divertidas", aseguró la diputada Teresa Laespada en la presentación de esta campaña.
Objeto de polémica
Aunque los puntos morados están ya socialmente extendidos y la mayoría de la población defiende su implantación, también han sido objeto de polémica. Una de las más sonadas ocurrió el pasado año en la Comunidad de Madrid cuando dos de sus municipios, Valdemoro y Galapagar concretamente, eliminaron o modificaron estos espacios y dieron mucho que hablar. El Ayuntamiento de Valdemoro, por su parte, dio la sorpresa al eliminar los puntos morados en sus fiestas patronales, y su alcalde, David Conde, instó a gritar "fuego" ante una agresión asegurando que "atrae mucho más la atención de los demás".
El Ayuntamiento de Galapagar por su parte, optó por rebautizar los puntos morados como 'puntos blancos' dirigidos a atender a cualquier persona que sufriese una agresión sexista independientemente de su género. Una decisión que provocó la crítica de la oposición alegando que "los 'Puntos Violeta' son conocidos por la ciudadanía, y especialmente por las mujeres, como los lugares donde se sensibiliza y atiende a las víctimas de cualquier tipo de agresión sexista". "A nadie se le ocurre cambiar una señal de STOP o ALTO, ya que todo el mundo la identifica con "parar y mirar" y así se evitan accidentes", ejemplificó.
Aquí, en nuestro territorio, el punto morado colocado en las fiestas de Arrigorriaga denunció una agresión machista el pasado sábado 19 de julio. En aquella ocasión, un grupo de hombres lanzó insultos y objetos a varias mujeres que se encontraban en este punto.
Claros ejemplos de que estos puntos morados siguen estando muy cuestionados por ciertos sectores de la sociedad, que niegan un problema tan evidente como el de la violencia machista. Por episodios como los mencionados y por los continuos casos de violencia de género que se siguen sucediendo día a día, los puntos morados y los servicios de acompañamiento siguen siendo necesarios en los recinto festivos.