Aunque a los conductores siembre les ha preocupado cómo alargar la duración del deposito del combustible, es en este comienzo de año 2022, con los precios de la energía y los combustibles disparados y una economía doméstica un tanto tambaleante, cuando más esfuerzos se hacen para lograr una conducción eficiente que ahorre algunos euros.

Una cosa clara tenemos que tener los conductores: lo que más influye en el gasto de combustible de los coches es nuestra manera personal de conducir, nuestros hábitos (buenos o malos) al volante. Por ello deberíamos hacer un profundo examen de conciencia sobre cómo nos comportamos cuando circulamos por la ciudad o por carretera. Además, muchos conductores que ya hayan renovado un par de veces su permiso de conducir, deberían hacer una actualización sobre lo que aprendieron de mecánica en la autoescuela y conocer los avances sobre motorizaciones.

Siete consejos para ahorrar

El propio Real Automóvil Club de España (RACE) ha enumerado unas serie de consejos, unas pautas para poder estirar un poco más los litros de combustible que tenemos en los depósitos.

1. Planificar con precisión el viaje. No se trata solo de saber por dónde se va a los sitios, la hora de salida y la de llegada, los descansos en viajes largos. También hay que decidir la ruta más eficiente que nos permita ahorrar combustible. Así se puede ahorrar hasta casi un 14%.

2. Vigilar la presión de los neumáticos. Si los fabricante del vehículo indican una presión adecuada para los neumáticos, será por algo. Además de evitar problemas de seguridad por un mal desgaste, una presión más baja aumenta el consumo. Se calcula que con que solo sea 0,5 bares menos, el gasto en gasolina puede aumentar entre un 2 y un 4%. Atención también al peso que cargue el vehículo. A mayor carga es necesario aumentar la presión de las ruedas.

3. Sacar del coche lo innecesario. Este consejo es consecuencia del anterior y se trata de evitar un peso extra. Vigilar que el maletero no se convierta en almacén, ni tampoco el habitáculo. A menor peso, menos combustible hace falta para mover el vehículo. El RACE calcula que por cada 100 kilos de peso extra, el consumo se incrementa un 6% en un coche de tamaño medio.

4. El momento del arranque. ¿Cuanta veces arrancamos y paramos un motor? Se puede hacer sin pisar el acelerador. Eso sí, en los motores de gasolina puede comenzar la marcha inmediatamente después de arrancar, y en los motores diésel basta con esperar unos segundos. Gracias a los aceites sintéticos avanzados, a los inyectores y los motores con control electrónico ya no hace falta esperar a que el motor alcance la temperatura óptima de funcionamiento. Ya no hace falta esa costrumbre que los conductores más veteranos conocían como "calentar los motores".

5. Un buen uso de las marchas. Con el automóvil ya en marcha, utilizar la primera solo al inició y pasar a la segunda casi inmediatamente, a los 2 segundos o los 6 metros recomiendan desde el RACE. También aconsejan empezar despacio, (20 km/h en 5 segundos para ahorrar hasta 11% en combustible). Por supuesto, evitar acelerar con brusquedad.

6. Mantener una velocidad uniforme. Se trata de buscar la fluidez en la circulación evitando frenar, acelerar y cambiar de marcha si no es necesario. Si vas atento y mantienen un distancia de seguridad evitarás la mayoría de los frenazos y acelerones. Bastará con soltar el acelerador para reducir la velocidad sin peligro, el freno motor es de gran ayuda. También lo es reducir la marcha lo más tarde posible.

7. El aire acondicionado. Es el gran dilema. Su uso incrementa el gasto de combustible debido a que el compresor de aire que refresca en habitáculo está acoplado al motor, lo que hace que este tenga que trabajar más. Por ello, ¿cuándo usarlo y cuándo abrir las ventanillas? La lógica y la costumbre aconsejan que a alta velocidad, las ventanillas bajadas pueden aumentar la resistencia al avance, por lo que es preferible al aire acondicionado, mientras que en ciudad y a velocidades bajas, es mejor abrir las ventanillas. Además, en trayectos cortos, casi no da tiempo a que se refresque el habitáculo.

Pero los de la web Consumer Reports no lo tienen tan claro. Muy dados a realizar estudios, un poco en la linea de los televisivos 'Cazadores de mitos', probaron en una pista de pruebas poner a 110 kilómetros un Honda Accord con las ventanillas subidas, bajadas y con el aire acondicionado. En este último caso, el consumo subió un 1% y con las ventanillas bajadas, la diferencia de consumo fue inapreciable.

Tres prácticas para una conducción eficiente

Con la aplicación de unas técnicas de conducción eficiente, el conductor puede ahorrar hasta un 15% en carburante. Te explicamos algunas:

1. Usar el freno del motor. Si sueltas el acelerador cuando te das cuenta de que debes frenar, casi se detiene el suministro de combustible, con lo que su consumo se reduce hasta en un 2%. Conduce siempre con una distancia de seguridad adecuada y mantén un amplio campo de visión que te permita ver dos o tres vehículos por delante.

2. Circular con la marcha más larga y no revolucionar el motor. Optimiza al máximo el cambio de marchas y usa el mayor tiempo posible en las relaciones más largas y a bajas revoluciones. En la ciudad, siempre que sea posible, utilizar la 4ª o 5ª marcha, respetando los límites de velocidad. En teoría, el par motor de un coche diésel aconseja cambiar de marcha entre las 1.500 y 2.500 rpm. En caso de los gasolina, entre 2.000 y 2.500 rpm.

3. Aprovecha las bajadas. Utiliza los descensos para ahorrar en el consumo de combustible. Aprovecha la inercia para adelantar el cambio de marchas circulando a bajas revoluciones.

En las subidas, retrasa al máximo la reducción de marcha, incrementando ligeramente la presión sobre el acelerador, aunque nunca pisando a fondo.

Mitos que son falsos y no ahorran

Los chicos de Consumer Reports han seguido haciendo pruebas y comprobando si son ciertas o no algunas de las creencias extendidas sobre actos para ahorrar combustible.

1. Evitar repostar en gasolineras baratas. Ha sido creencia común que el combustible de las estaciones de servicio independientes y los centros comerciales era de peor calidad que el de grandes compañías. Pues esto es falso. Todas ellas se suministran las mismas compañías petroleras. La diferencia es que en algunos casos no cuentan con los mismo aditivos.

2. Usar las de alto octanaje. No es cierto. Los combustibles de octanaje más alto producen algo más de potencia. Y están diseñados para mejorar el rendimiento de motores grandes y potentes. Pero apenas influye en el rendimiento o el ahorro de combustible. Es mejor limitarse al que aconseja o indica cada fabricante.

3. Montar neumáticos de baja resistencia. Este tipo de neumáticos diseñados para reducir la resistencia al rodamiento puede ahorrar mucho combustible si la presión es la adecuada. Desde Consumer Reports aseguran que un buen mantenimiento y los hábitos de conducción correctos son más eficaces que la diferencia entre un neumático ecológico y un neumático normal. Además, en caso de lluvia u otras circunstancias adversas, se incrementa el riesgo de accidentes

4. Nada de filtros de aire sucios. Los filtros de aire sucios afectan al rendimiento de la gasolina en los motores más antiguos, los más sucios, los de carburador. Los más modernos, con sensores de flujo de aire y software que controlan la mezcla de aire y combustible, lo que garantiza la máxima economía de combustible al margen de la calidad del aire. De todas formas esto es una cuestión de rendimiento y si el filtro está sucio, entra menos aire en el motor al acelerar con fuerza. Por ello es conveniente cambiarlo.

5. Aprovechar el frío para llenar el depósito. La idea es que si la gasolina está más fría, es más densa, lo que significaría que puedes conseguir más combustible cuando la temperatura exterior es baja. Pues va a ser que no. Los tanques de las gasolineras son subterráneos y la temperatura apenas influye, por lo que la cantidad de combustible es la misma.