A letra N marca las creaciones más emocionales, cuidadas y prósperas de Hyundai. En ese club ingresan ahora declinaciones del i20 y del Kona, con 204 y 280 caballos respectivamente, para acompañar a los efusivos i30 e i30 Fastback. Puede parecer mucha potencia, y de hecho lo es. No obstante, la gran cualidad de esta singular línea de productos radica en su polivalencia. Hyundai transforma sus modelos de calle en purasangres para satisfacer a quienes desean disfrutar de genuinas sensaciones deportivas, pero permite que ese pilotaje puntual sea compatible con el sosiego y la eficiencia que requiere una utilización cotidiana.

Ese es el gran mérito de los nuevos i20 y Kona N. Los ajustes de chasis y la sobredosis de energía hacen gozar a cualquiera que posea unos ciertos recursos de conducción (y también económicos) y sepa aplicarlos en el momento y el escenario adecuados. Quien se sienta al volante decide cómo modular el temperamento del modelo en cada circunstancia a través de la instrumentación (modos de conducción, control de estabilidad, etc.), de manera que su preparación en ningún momento los convierte en coches indómitos o problemáticos.

El i20 N transmite 204 CV a sus ruedas delanteras con ayuda de una caja de cambios manual de seis marchas. No hay muchos coches de cuatro metros que propongan versiones tan solventes. Es capaz de alcanzar 230 km/h y de acelerar hasta 100 km/h en 6,2 segundos; reclama a cambio un promedio mínimo de 6,9 litros y emite 158 g/km de CO2. Sale al mercado con un nivel de dotaciones muy completo, por 28.290 euros.

El caso del Kona N es algo diferente. El exitoso SUV corona su oferta con esta interpretación para personas sibaritas y entusiastas de la deportividad. Bajo un discreto y elegante estilo 'racing', que lo distingue del resto de los Kona, late una máquina capaz de volar bajo en un circuito y, un rato después, recoger a los niños en el colegio. Escoge la misma asociación de propulsor gasolina 2.0, que transmite 280 CV a las ruedas delanteras, y caja automática del i30 N. Se acerca al dinamismo de este, aunque acusa los efectos de su carrocería más corpulenta, y también más versátil. Homologa 240 km/h de punta y progresa hasta 100 km/h en 5,5 segundos; se conforma oficialmente con 8,5 litros a los cien y expele 194 g/km de dióxido de carbono.

El más emocional de los Kona permite regular muchos de los parámetros que condicionan sus reacciones: el control más o menos intrusivo de la estabilidad, los cuatro modos de conducción, la gestión de la transmisión, la función de salida lanzada, etc. Además de su puesta en escena cuidada y distintiva, disfruta de unas ambiciosas dotaciones de seguridad, de confort y de conectividad. Esta versión tecnológicamente superdotada arranca desde 42.600 euros.