Se llama Henry Charles Albert David, acaba de cumplir 35 años y se ha ido de casa. Concretamente, de la Casa Real británica. "Lo de mi abuela es para mirárselo. Vas por el pasillo del tercer piso del castillo de Windsor y suena su voz por megafonía: apagaaaa las luces y cierra las puertaaas, neneee, que no sabes lo que pago en luz y calefacciooón. Te metes en uno de los 35 lavabos del palacio de Balmoral y suena su voz por megafonía: neneeee, levanta la tapa del retreteee que no quiero ir viendo gotitas. No hay quien la aguante", asegura Harry.

Está encantado con que el pueblo haya elegido el diminutivo cariñoso de su primer nombre. "Harry mola. De Charles hubiera venido Chucky, como el muñeco diabólico ese de las pelis de terror y las hubiera pasado canutas para ligar. Y de Albert, no se, Berty, que es flojito".

Con su esposa, la norteamericana Meghan Markle, y el pequeño hijo de ambos, Archibald, acaba de hacer lo mismo que el Atlético de Madrid esta temporada: ha renunciado a los títulos. Y se han ido a vivir a Canadá. Harry siempre ha sido el rebelde del clan. "Mientras que el memo de mi hermano Willy compraba discos de Tom Jones y el empalagoso Engelbert Humperdinck, yo me tiraba por los Sex Pistols y The Clash. La abuela jamás me lo perdonó", recalca. "Por cierto, ¿has visto a Willy últimamente? ¡Se ha quedado calvo como una pelota de crocket! Jajaja", celebra.

¿Cómo así por Bilbao?

-He venido a pasar un par de días con Meggy y Archy. Por ver Azkuna Zentroa, reservar alojamiento para el próximo BBK Live, y ya, si eso, nos pegarnos una bailada en el Kafe Antzokia o en Bira. Con suerte pillamos un concierto guapo.

Le imaginaba a usted preocupado por la consumación del Brexit el pasado viernes

-A mí el Brexit me la trae floja. Mira tron, he renunciado a la paga de la abuela y a mis derechos a la sucesión de la corona, a los palacios y a los retretes con moqueta. Con eso te lo digo todo. Paso. Los ingleses son muy suyos y no hay cristiano que los entienda. Y no resulta raro porque son sajones mezclados con bretones, revueltos con romanos, matizados por vikingos y unidos por normandos franceses hasta el punto de que en nuestra familia, que es de origen alemán, y en las anteriores casa reales, se hablaba francés. Echale guindas al pavo. Eh, y no te olvides de los celtas y los pictos. Que la gente cree que Stonehenge es un monumento funerario relacionado con el culto al sol y no se qué vainas más, pero yo estoy seguro que un inglés de hace cuatro mil años puso las piedras de pie solo por tener el jardín más guapo que el de su vecino. Son así.

¿Dónde establecerá su residencia?

-En el ático de un rascacielos de Toronto, Canada. Desde allí podré ver Torontontero? ¿Lo pillas? Jajajaaaa. Si, hombre, Torontontero? por la canción de Manolo Escobar. Vale, vale. Ya, que no lo pillas.

Además de las pelmadas de su abuela, ¿qué es lo peor llevaba de pertenecer a la casa real británica?

-Las reuniones familiares resultan un verdadero coñazo. El abuelo Felipe que no para de hablar de la Segunda Guerra Mundial y de Winston Churchill. "Ya veréis cuando vuelva Winston a ser primer ministro, os vais a enterar de lo que es bueno", repite sin parar. Papá parece de la Cruz Roja, va con Camilla a todas partes; creo que esa señora tiene más dientes que una persona normal. En casa de Meghan le llaman "La Roper". Jajaaaa. Mi tío Eddy es un soso de tomo y lomo, piensa que Magaluf es una animal prehistórico. La tía Ana antes era una cachonda, pero se ha formalizado y se le está quedando careto de institutriz de la época de Oliver Twist. Y ya, los primos, primos segundos y tal, para salir corriendo en plan Carros de Fuego. Del tío Andy prefiero no hablar.

Se entiende su decisión.

-Y eso no es lo peor. Lo más cargante es el título: Duque de Sussex. Para la mayoría de los países del mundo va bien, pero en los que se habla español es un problema. Acudes de visita oficial en plan benéfico a un orfanato o a un cole de primaria, el torpe que llevas al lado, que habla inglés fatal, dice: "Y estos señores son los duques de Chuches". Siempre se arma la de San Quintín. Los peques se piensan que llevamos una carga de chuches, empiezan a rodearnos, nos tiran de las mangas? hasta que cargan los antidisturbios. Yo estuve en Afganistán cuando la guerra y eso no me afecta, pero Meghan termina llorando. No puede ser.

¿Qué tal su matrimonio?

-Fenomenal. Nos llevamos muy bien. Meghan deja que cocine un chef profesional que hemos contratado y me quedo mucho más tranquilo. Por lo demás, me pone pelis de Harry El Sucio tres veces por semana.

¿Tanto le gusta Clint Eastwood?

-Es un código entre nosotros, capullo.