La crisis del CGPJ encara su semana más crucial con la visita del comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, para mediar en la renovación del órgano de Gobierno de los jueces, y su presidente, Carlos Lesmes, trabajando a contrarreloj para forzar un acuerdo antes del día 3 que permita renovar el Constitucional y deje vía libre a su previsible dimisión.

Porque Lesmes está preparando ya formalmente su salida del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para lo cual tiene previsto comunicar hoy LUNES en el Supremo y el jueves a los vocales del CGPJ un informe que determina quien debería sustituirle, que no es otro que el presidente de sala más antiguo del alto tribunal, Fernando Marín Castán, según dictamina la ley.

Lesmes se ve abocado a la dimisión ante la ausencia de movimientos entre PSOE y PP para reactivar las negociaciones, ya que fuentes jurídicas creen que la visita del comisario de Justicia de la Comisión Europa para mediar en la renovación del Consejo, tras casi cuatro años de bloqueo, no servirá para nada.

En cualquier caso, el viaje del comisario Didier Reynders no pretende ser testimonial, sino todo lo contrario, pues abordará el bloqueo del Consejo con la intención de “entrar en un diálogo, no solo pedir que haya discusiones, sino que haya contactos”, es decir, de mediar entre las partes para retomar las negociaciones para la renovación.

Sin embargo, sobre el terreno, su visita tiene más eco mediático que pragmático pues las fuentes no son nada optimistas con la “mediación institucional” del comisario, toda vez que Europa lleva años emitiendo las mismas señales de alarma respecto de la renovación del CGPJ.

Así, está por ver si la inminente llegada del comisario y el último paso dado por Lesmes para preparar su dimisión sirven de algún modo para que los partidos den un paso al frente y reactiven la negociación, algo que no se espera, aunque todo puede pasar.