Los disturbios que se vienen sucediendo en numerosas localidades del Estado desde que el rapero Pablo Hasél fuera detenido el pasado martes para cumplir una pena de prisión han llegado esta mediodía al centro de Bilbao, tras una manifestación en solidaridad con el músico que ha recorrido la Gran Vía y ha finalizado con incidentes en varias calles de la capital vizcaina.

Así, a plena luz del día y con los aledaños de la Gran Vía y el Casco Viejo como escenarios principales, se han vivido incidentes y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que, si bien no han llegado a los niveles de violencia vistos en los últimos días en Barcelona, sí han provocado daños reseñables en el mobiliario urbano y se han saldado con una persona arrestada y varias identificadas por la Ertzaintza. Asimismo, un fotógrafo de DEIA ha sido atacado mientras realizaba su labor periodística por una persona encapuchada que le ha propinado un puñetazo en la cabeza en los alrededores de la Gran Vía.

Los hechos mediodía han seguido la misma dinámica que los acontecidos en otras localidades durante la última semana: una manifestación pacífica que acaba sin embargo con una minoría de radicales protagonizando actos vandálicos y enfrentándose a las fuerzas de seguridad, en este caso a los ertzainas desplegados.

Los incidentes han provocado la inmediata reacción del alcalde Juan Mari Aburto, que en las redes sociales ha condenado los disturbios y ha expresado que en Bilbao "sobran y sobrarán siempre las personas que se escudan y defienden la sinrazón de la violencia".

MANIFESTACIÓN PACÍFICA

La movilización ha sido pacífica durante la mayor parte de su recorrido. Ha arrancado pasado el mediodía del Teatro Arriaga tras una pancarta en la que se pedía la puesta en libertad de Hasél, y se ha dirigido, secundada por alrededor de 2.000 personas, hacia el centro de la capital vizcaina.

Algunos momentos de tensión se han vivido al paso por las inmediaciones del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y a su finalización en la Plaza Moyua, donde agentes de la Ertzaintza custodiaban la subdelegación del Gobierno. Los manifestantes, por su parte, han coreado lemas en favor de la amnistía y la "libertad de los presos", así como en contra de la monarquía española y del "Estado fascista".

Cuando ya se retiraban la mayor parte de los manifestantes, un grupo de radicales han comenzado a lanzar botellas y otros objetos contra las furgonetas de la Ertzaintza que se encontraban en el lugar. Además, otro grupúsculo ha volcado y ha quemado contenedores en la intersección entre la Gran Vía y la calle Marqués del Puerto. Por estos incidentes una persona ha sido detenida por agentes de la Policía vasca. Más tarde, los disturbios se han trasladado al Casco Viejo, donde en la Plaza Unamuno se han vivido enfrentamientos entre encapuchados y ertzainas.

En el transcurso de los altercados, los alborotadores han volcado también papeleras y contenedores, y han procedido a lanzar botellas y objetos diversos contra la Ertzaintza, que ha procedido a cargar en diferentes puntos del centro de Bilbao y han tenido que cortar varias calles del Casco Viejo para impedir el paso de los viandantes.

El Consistorio bilbaino ha realizado hoy mismo un balance de daños de urgencia y cifró en cuatro los contenedores calcinados durante los altercados. En el informe realizado, el Ayuntamiento también recoge volcados de mobiliario urbano y la quema de una papelera. Asimismo, destaca que se produjeron algunos daños en establecimientos comerciales.