Noruega hizo historia al levantar su quinto Mundial, con el que supera a Rusia como la selección más laureada del balonmano femenino. Lo consiguió tras doblegar a Alemania (23-20) en una final de máxima exigencia que las nórdicas supieron cerrar con oficio en los minutos decisivos. Lo lograron, además, en un Ahoy Arena de Rotterdam lleno. Con más de 9.000 espectadores en las gradas y una pareja de colegiados vasca en el parqué.
Porque el triunfo de Noruega estuvo mediado por el vizcaino Javier Álvarez Mata y su compañero, el navarro Yon Bustamante. Así lo quiso la Federación Internacional de Balonmano (IHF) que, después de otorgarles varios encuentros de ambas fases de grupos y el duelo de cuartos entre Alemania y Brasil, reafirmó su confianza en ambos al concederles el premio de arbitrar la gran final. Lo hicieron, además, portando las novedosas cámaras subjetivas impulsadas por la entidad internacional que permiten mostrar la perspectiva arbitral del encuentro.
Este es, por tanto, un nuevo paso en la trayectoria profesional de Álvarez Mata, que acumula ya 16 temporadas en ASOBAL y que parece no tener techo. Puesto que tanto el vizcaino como Bustamante ya han sido incluidos en la convocatoria arbitral del próximo Campeonato de Europa de balonmano masculino, ese que comenzará el 15 de enero de 2026.
Asimismo, anteriormente al Europeo, la pareja arbitral utilizará el Torneo Internacional de España que se disputará en el Navarra Arena de preparación para el torneo continental.
Un currículo lleno de citas importantes
Arbitrar la final de un Mundial es algo que no está al alcance de cualquiera, pero es que Álvarez Mata ya está acostumbrado a impartir justicia en encuentros importantes. Lo hizo en la final de la EHF masculina del año pasado en Hamburgo, así como en la final de la Champions League femenina de la temporada pasada.
También, junto a Yon Bustamente, estuvo en el encuentro por el título del Europeo femenino de 2022 y del Mundial junior 2019, así como en la pugna por el bronce del Mundial de féminas de 2023.