El TotalEnergies Bilbao Night Marathon comenzó su décimo cuarta edición a ritmo de I will survive, de Gloria Gaynor; y de Don’t stop me now de Queen. Sobreviviré y no me pares ahora. Toda una declaración de intenciones para los 11.600 corredores, tal y como anunció la organización justo antes del comienzo, que se animaron a participar en una de las pocas maratones nocturnas que se celebran en el planeta. Ayer, el Bilbao Night Marathon demostró por qué es, según la revista Runner’s World, una de las 50 carreras más atractivas del mundo. Y lo hizo desde el pistoletazo de salida de San Mamés. Con música, llamaradas y pirotecnia comenzaron a dar los atletas las primeras zancadas. Un espectacular punto de partida que hizo las delicias de protagonistas y espectadores. Así, puntual a las 19.00 horas, la competición en sus tres distancias –carrera pirata, media maratón y maratón– empezó a quemar metros. Lo hizo aún de día, en los últimos suspiros de la tarde. Pero 31:32 minutos después, cuando Unai Gallardo cruzó la meta de la prueba pirata, la noche se imponía en el circuito urbano por las calles bilbainas. Y cuando Sladjana Zagorac cruzó la meta femenina de los diez kilómetros, la luna ya dominaba el cielo de la capital vizcaina.

La de ayer fue una edición de récords. 11.600 atletas registraron un nuevo techo de participación para el Bilbao Night Marathon, al igual que los 58 países representados en la edición de ayer. Cifra que confirma la internacionalización de la prueba en el calendario de carreras en ruta. Pero la gran plusmarca de la noche la firmó Breatrice Jelagat. La keniata no solo se impuso en el maratón femenino y no solo logró el tercer mejor tiempo de la prueba, obligando a convertir en mixto el podio general; sino que, además, rompió todos los registros anteriores del Bilbao Night Marathon al completar los 42 kilómetros en 2 horas, 35 minutos y cinco segundos. Y todo ello en el tercer maratón de su vida y después de haber corrido toda la prueba prácticamente en solitario. En pugna con ella misma. Porque enseguida su principal adversaria, Salina Jebet, quedó rezagada. Así que Jelagat tuvo que medir sus fuerzas con lo que tenía por delante. Y eso eran tan solo dos hombres: los también keniatas Silas Kiprotich y Silah Kipkemboi. Ambos demostraron estar a otro nivel, fuera del alcance de los demás. Pero, aunque el favorito era este último, fue el primero quien se colgó el oro con un tiempo de 2:14.53. Era la primera vez que Kiprotich salía de Kenia para competir. Estaba inédito en el resto del mundo. Y el viajar no se le dio nada mal. Por lo que Kipkemboi tuvo que conformarse con la medalla de plata, al atravesar la meta del Guggenheim 1:56 minutos después. Así pues, tras ellos, Jelagat se colgó un histórico bronce y subió a dos podios.

Las mejores imágenes de la Bilbao Night Marathon Borja Guerrero

Ritmo africano

De esta forma, aunque la representación internacional fue de récord, fueron los atletas africanos quienes impusieron su ley desde el comienzo. De hecho, el ugandés Abel Chebet estuvo a puntísimo de batir otro récord del Bilbao Night Marathon al parar el crono de los 21 kilómetros masculinos en 1:01,38. La plusmarca de la prueba es 1:01,36. Pero poco le importó porque fue él mismo quien, al sprint y bajo la lluvia, logró ese tiempazo en 2019. Por otro lado, fue Eguzkiñe Aspiazu quien consiguió romper con la hegemonía africana. La atleta vizcaina se impuso en la categoría femenina del medio maratón con un nada desdeñable crono de 1:22,48.

Asimismo, cabe destacar que los 11.600 participantes se enfrentaron ayer a una climatología complicada puesto que, aunque amainó el viento que en principio iba a condicionar la carrera y la lluvia respetó la edición, todos ellos compitieron con un bochorno importante: 26 extraños grados en la noche bilbaina.