LA realidad que ve Marcos San Segundo (Zarautz, 1990) a través del televisor o la pantalla del ordenador se reproduce ahora en tres dimensiones. "Es mítica gente que veo en los vídeos de surf y ahora, de repente, competir contra ellos se me hace raro pero a la vez me gusta". El surfista guipuzcoano es uno de los tres invitados del Billabong Pro Mundaka que se está disputando estos días en la localidad vizcaina. "Es superarme a mí mismo", se sincera con una ambición tímida. Su estreno en el certamen de este año -ya compitió también con una wildcard la pasada temporada- se está demorando. "El lunes terminaron en la manga ocho y yo iba en la diez. Estaba deseando entrar al agua porque encima estaba en unas condiciones buenas para mí, pero luego subió la marea y ya nada", lamenta. Ayer la barra tampoco estaba predispuesta para acoger la prueba, por lo que Marcos descontaba en seco las horas de la cálida mañana en Mundaka, como muchos de los surfistas que se esparcen por el recinto que ha instalado la organización en la playa. Se asoma al horizonte y ve la élite del surf mundial, la que tiene a su lado ahora. "Me gustaría llegar donde ha llegado Aritz (Aranburu) y lo voy a intentar. Él es un poco mi referente porque piensas que si uno de tu casa lo ha conseguido tú también llegarás a hacerlo". Marcos, desde uno de los rincones de la playa mundakarra, fija el retrovisor y también mira al pasado. "Empecé en este deporte porque mis padres tienen una tienda de surf, Essus, y ellos surfeaban cuando yo era pequeño y desde siempre he querido coger olas. Me acuerdo que un día mi padre me empezó a empujar en unas olitas y desde entonces me gusta. Después conocí a otros chicos de mi edad que también surfeaban y ya empezamos todos juntos, hasta ahora", recuerda.
Y es que Zarautz es cuna de buenos surfistas. "Hay mucha cultura del surf, todos los chavales salen de clase y van al agua, es lo más normal. También tenemos el club de surf en la playa que ayuda mucho", explica San Segundo, a quien su pasión le deja tiempo para estar con los amigos de siempre en su pueblo de toda la vida -"hay tiempo para todo, aunque en verano procuro salir menos"- a pesar de que a sus 19 años, ya ha clavado su tabla en muchas partes del globo terráqueo: Hawai, México, Australia, incluso Tahiti, en la mítica y tremenda ola de Teahupo"o. "He estado este año, me lo pasé muy bien, surfeamos mucho. Es una ola diferente que hay que respetar, aprendí mucho allí", cuenta el zarautztarra.
Deshilando su camino, Marcos llega a proclamarse campeón de Euskadi en dos ocasiones, a vencer el campeonato internacional de Tapia de Casariego (Asturias) en 2008 -su mejor recuerdo hasta ahora- y a ser octavo en la Pro Junior World Cup- "Creo que puedo hacerlo mucho mejor y voy a intentar ganar el año que viene. Ése es mi principal objetivo a corto plazo"-. En su andadura, Marcos se ha cruzado con el equipo Billabong, que lo fichó el pasado año y que ha supuesto un gran paso en su carrera. "Estoy muy contento de estar con ellos. Me siento muy a gusto", esboza San Segundo, quien crece al cobijo de uno de los grandes. Va madurando en su periplo y Mundaka, a la que profesa su amor, es un paso más en su proceso de aprendizaje. "La ola es buenísima a nivel de Europa y del mundo. Es cierto que es un poco irregular, pero cuando está buena, es de las mejores izquierdas que hay, sobre todo por los tubos que tiene y que es muy larga. Es rápida y hay que tener nivel para surfearla bien", considera San Segundo. Allí, en las aguas mundakarras, Marcos también es fiel a un ritual que practican casi todos los surfistas. "Nos gusta examinar la playa, aunque sabemos cómo es, siempre miras en qué condiciones está el agua para saber la temperatura, qué tabla llevar, qué parafina coger... Un poco todo, nos sale automático". Para él, la cita vizcaina será la prueba que dé carpetazo al año -"quizás haga algún QS en Canarias, pero lo que tenía planeado ya está hecho"-. El otoño empezará a pesar pronto y dará paso a un invierno en el que el mar queda apartado a los designios del tiempo. Es época de preparación, de más físico y menos tabla.