Para reducir los viajes en coche y la dependencia con respecto al petróleo, la gratuidad del transporte público puede ser una buena medida. Pero, para ello, convendría tener en cuenta diversas cuestiones, como la necesidad de una buena coordinación con otros transportes; mejorar la eficiencia y rapidez del transporte público para que sea una verdadera alternativa al transporte privado