PRIMERA victoria de la temporada para el conjunto de Ernesto Valverde, un alivio. Sí, aunque parezca mentira y tratándose de la segunda jornada de LaLiga, hay que vivirlo así. El cortoplacismo se ha adueñado de nuestras vidas y ya casi nadie concede un mínimo margen a la paciencia. Las cosas son para antes de ya. Es curioso, porque esto sucede de manera exagerada en las últimas temporadas. El nuevo no tiene tiempo para ensamblar las piezas. Por la pinta únicamente somos pacientes cuando se trata de lo propio, lo ajeno parece que nada tiene que ver con nosotros.

Tres puntazos

Txingurri y sus jugadores volvieron a saltar al césped con la misma intensidad que en la primera jornada. El rival era muy distinto al Mallorca y, pese a eso, tan solo se registró un cambio en la alineación. Más espacios, más gente para correr y en eso, el Athletic tiene sobre todo dos que vuelan, los hermanos Williams. Acertados o no en el remate, son una pesadilla para los contrarios y, de lejos, aportan muchísimo más de lo que alguno cree que restan. Son un dolor de cabeza permanente y como dijo Valverde, a veces, sobre todo el mayor, va demasiado rápido. Iñaki no tiene límite y da igual que él sea el primer minuto de partido o el último, que su carrera está asegurada y su velocidad también.

El encuentro fue trepidante, incierto y loco. La primera mitad sobre todo. El fútbol es tan caprichoso que cuando peor lo pasaba el equipo rojiblanco y más a gusto estaba el Valencia, llegó el gol de Berenguer. El extremo navarro fue un gran fichaje y lo demuestra no solo con sus goles. Su participación en el juego siempre es diferencial. Tiene mucha calidad y si le das suministro, la puede preparar en cualquier momento. Ya sea en la banda derecha o en la contraria, el de Barañain es un jugador desequilibrante. Los datos están ahí.

Es curioso que en estos dos partidos hayamos hablado mucho de las llegadas a área rival, pero, sin embargo, como los mejores rojiblancos de sendos partidos hemos destacado a los centrales, concretamente en el último a Yeray Álvarez. La concentración de Dani Vivian y la del defensa de Barakaldo ha sido tremenda y los cuatro puntos del casillero tienen mucho que ver con sus actuaciones. Delante de ellos Mikel Vesga, encontrando su regularidad, se ha hinchado a recuperar balones y repartir juego a los hombres que tiene por delante de él. El domingo tuvo una dura pelea en el centro del campo. El Valencia jugó mucho más que el Mallorca.

Me gustó cómo se desenvolvió el Athletic en el segundo tiempo, quizás menos vistoso, pero más seguro. Si la semana pasada hablamos del enorme trabajo, en esta, más de lo mismo. La victoria es muy importante y hay que valorarla como tal. LaLiga es muy complicada y cada triunfo hay que celebrarlo. Los encuentros no se ganan ni por nombres ni por historia, hay que centrar el tiro. A veces estamos un poco perdidos. Ni al Mallorca le ganas por historia, ni al Valencia porque no tengan tantas figuras como antes. El fútbol mide a once contra once y esto cada vez está más igualado.