la Unión Europea ha advertido a los países balcánicos del peligro que corren de verse transformados en una colonia económica china. Según el comisario de la UE para la ampliación, Johannes Hahn, las facilidades dadas por Pekín para financiar obras públicas balcánicas son una maniobra para asentarse en el sudeste de Europa.

La llamada de Hahn está dirigida a las cinco naciones de la zona que no son miembros de la UE -Albania, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia- y que forman parte del proyecto “16 +1” chino para construir una segunda “ruta de la seda” que promueva el comercio chino con Occidente. Kosovo no forma parte del grupo porque Pekín no lo reconoce.

Pese a que Hahn alude a peligros políticos, la llamada comunitaria es ante todo una faceta de la lucha económica entre el gigante asiático y la Unión. Los cinco países en cuestión han recibido hasta ahora créditos de la UE por valor de 4.124 millones de euros y de China, 3.646 millones. Pero mientras Bruselas cicatea con más créditos por muchas razones, desde la enorme corrupción balcánica como la laxitud con que se aplican allá las normas comunitarias sobre competitividad y ecología, Pekín ha ofrecido más créditos: 4.369 millones.

Evidentemente, la oferta china no es filantrópica ni económicamente suicida. Los respectivos contratos de financiación prevén la apropiación der las obras en caso de incumplimiento del pago de la deuda. Controlar las estructuras básicas de la región -como la carretera que quiere unir Serbia con Croacia- abriría un gran portal para la penetración política y económica china en Europa.

Además, en Bruselas se sospecha que las concesiones de los Gobiernos en cuestión a las empresas chinas que realizan las obras públicas se hacen orillando las normas comunitarias o incluso, falsificando los datos técnicos que determinan las concesiones, Porque casi siempre la concesión de los créditos va ligada a la contratación de la obras por la una empresa china.

Es evidente también que esto lo saben de sobras los dirigentes balcánicos, pero estos tienen muy escaso margen de maniobra, dadas las exigencias crediticias europeas, y una angustiosa necesidad de promocionar sus países. Un reciente estudio del Banco Europeo de Desarrollo y Reconstrucción señala que en las condiciones socio-económicas actuales, los 5 Estados balcánicos tardarían 200 años en alcanzar el nivel de vida medio de la Unión Europea actual. Con otras palabras: a falta de alternativas, esos Gobiernos se acogerían a cualquier oferta crediticia, por arriesgada que fuera, con tal de acelerar la promoción de sus economías, Ya en la actualidad el 10% de la población de los Balcanes no integrados en la UE ha abandonado ya sus patrias en busca de un porvenir mejor.