LA verdad es que el arbitraje de Alberola Rojas no fue decisivo en la derrota que cosechó el Athletic en la visita del Getafe, que demostró por qué está instalado en la zona noble de la clasificación. Pero el castellano-manchego dejó hacer lo que quisieron a los pupilos de José Bordalás: faltas continuas, buscaron la bronca y simulaciones en todo momento, sin que hubiera nada en la mayor parte de las acciones. En definitiva, les dejó jugar al borde del reglamento. Un colegiado con más poso no creo que hubiese permitido todo lo que sucedió sobre el césped de La Catedral. Lo peor de todo, que no descontó cuatro minutos en el primer acto y ocho al final del encuentro, porque se perdió bastante tiempo durante todo el encuentro. Es verdad que el conjunto de Gaizka Garitano no supo jugar al Getafe, y eso que estaban advertidos. En estos casos hay de darles el mismo jarabe. Por lo demás, no hay penalti en el minuto 25 sobre Raúl García. Etxeita le toca el brazo, pero el navarro se deja caer. En el 50, la pena máxima es clara, ya que Lekue toca con el brazo dentro del área y no lo tiene pegado al cuerpo. En cuanto al gol anulado de Williams, el fuera de juego es claro.