Me sorprende que haya quien critique la decisión de los responsables del colegio Pureza de María de imponer el pantalón en el uniforme femenino e igualarlo así con el masculino. Que yo sepa hasta ahora, y durante toda la vida, era obligatoria la falda en las chicas y, que yo sepa también, nadie había levantado la voz para protestar por esa imposición.