Es muy lógico el estupor de quienes no entienden que representantes de dos partidos -uno de ellos, con alta responsabilidad de gobierno; el otro la ha tenido y aspira a volver a tenerla- se reúnan en otro país con un “verificador” internacional en medio de un absoluto secretismo. Es decir, sin luz pero con un taquígrafo. El PSOE se está tragando ese sapo y la pesada digestión le va a durar mucho tiempo. Junts puede tener la tentación de creer ganada esa batalla. Craso error. Quizá se dé cuenta de que llegar a acuerdos con terceros de testigos es más difícil que vender que se ha llegado a acuerdos.
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