HAY autores culturales que nunca se hubieran planteado que los anagramas de grupos armados de todo el mundo pudieran aparecer publicados en un libro desde el enfoque del diseño o del arte. Sin embargo, existe una publicación que fue editada bajo el título inglés de Branding Terror, algo así como, Marca del terror. Aglutina en sus 344 páginas un total de 62 organizaciones armadas de todo el mundo. El subtítulo de la divulgación recapitula su contenido: “Los logotipos y tecnografía de grupos insurgentes y organizaciones terroristas”. Los autores son el analista y activista antiterrorista, miembro de Naciones Unidad, Artur Beifuss, y Francesco Trivini Bellini, director creativo que ha desarrollado la identidad de marca de varias empresas e instituciones culturales. El prólogo es obra de Steven Heller, exdirector de arte del periódico New York Times y autor o coautor de más de 120 libros sobre diseño y cultura popular.

Portada del libro ‘Branding Terror’.

El ejemplar cuenta con tapas de piel azul oscuro y con dos fusiles AK47 Kaláshnikov cruzados en su carátula. En él hay referencia a bandas armadas de estados de todo el mundo como Filipinas, Libia, Colombia, Palestina, Afganistán, Irlanda… La referencia hacia Euskadi Ta Askatasuna (ETA) ocupa tres páginas –de la 89 a la 91– en el libro publicado por la editorial Merrel con sede tanto en Londres (Gran Bretaña) como Nueva York (Estados Unidos). Vio la luz en 2013. Por lo tanto, pudo escribirse al mismo tiempo que la organización vasca hizo público el 10 de enero de 2011 que el alto el fuego declarado en septiembre de 2010 sería permanente, general y verificable por observadores internacionales.

El logo, con el pantone de colores.

Análisis

Las tres referencias hacia estas tres siglas en el ejemplar son: Una, nombre y contexto sobre la organización armada análisis del emblema. Dos, características técnicas de colores del logotipo. Y tres, análisis del emblema. En el primer apartado, los autores traducen el acrónimo como “Patria Vasca y Libertad” e ilustran que la lengua se llama “euskara”. Siempre bajo su información, el grupo fue fundado en 1959 –otras fuentes lo datan en 1958– con el objetivo de establecer un Estado vasco independiente, basado en principios marxistas, “en el tradicional País Vasco del norte de España y suroeste de Francia”. Los principales objetivos, glosan, fueron funcionarios del gobierno español, políticos, figuras judiciales, empresarios y fuerzas militares y de seguridad, así como periodistas e infraestructura turística. “Aunque muchos de los atentados con bomba de ETA han estado precedidos de un mensaje de advertencia, permitiendo la evacuación de personas antes de la explosión, se culpa al grupo por la muerte de al menos 829 personas durante sus cinco décadas de duración”, enuncian en el volumen que a día de hoy lo figura en su versión original, por ejemplo, en el MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. La corporación estadounidense Amazon lo vende en su tienda web a 28,51 euros.

Los autores del estudio, Artur Beifuss y Francesco Trivini Bellini, publicaban hace una década que el grupo armado no había llevado a cabo “un ataque” desde agosto de 2009 y que en 2011 ETA declaró el fin definitivo de su violenta lucha por un Estado vasco independiente, “pero el gobierno español aún no lo ha hecho”, diferenciaba y apostillaba que “se puso en contacto con el grupo o aceptó cualquier oferta internacional para mediar en la situación”.

En el libro, citan tres acciones atribuidas a ETA. Por un lado, el asesinato del presidente del Gobierno español, el franquista Luis Carrero Blanco, en 1973. Por otro, el coche bomba detonado en el aeropuerto de Madrid en 2009 y otro en Burgos.

A continuación, entran en materia de diseño. Informan al mundo de que “el logotipo de ETA se ve a menudo en murales en todo el País Vasco, o como bandera de fondo en sus ruedas de prensa y otros eventos”. A su juicio, el hacha representaba la lucha armada que la organización constituyó con el fin de lograr su objetivo de un Estado vasco independiente. La serpiente, por su parte, representaba la política, un segundo medio por el cual el grupo ha tratado de realizar su objetivo. “El entrelazamiento de la serpiente y el hacha simboliza la creencia del grupo de que la política y la lucha armada son inseparables, o que uno es la continuación del otro”. Como curiosidad, el tomo desglosa los cuatro colores del emblema por pantones –sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas–, y asimismo aporta otros datos técnicos del mundo del diseño para según el modelo de colores de impresión –CMYK y RGB–.

En ningún momento del texto citan al autor del emblema que fue el escultor y pintor anarquista Félix Likiniano (Eskoriatza, 1909-Biarritz, 1982), quien cedió una creación suya a la banda en una visita que les hizo a Iparralde. A juicio de los impulsores de Branding Terror (The logotypes and Iconography of Insurgent Groups and Terrorist Organizations), el lema de ETA ‘bietan jarrai’ que aparece en el emblema en la parte inferior significa “mantente en las dos”, refiriéndose a la lucha armada y la política. El logotipo –apostillan los escritores– es, a veces, impreso sobre un fondo de camuflaje “reforzando así la militancia del grupo”. l