El Bilbao Artizarrak, antiguo San Ignacio y uno de los clubes pioneros del fútbol femenino en Bizkaia, ha sufrido este verano una fuga masiva de jugadoras en la que más de 60 futbolistas han optado por abandonar la entidad. La marcha afecta de forma especialmente grave a los equipos alevines, infantiles y cadete, hasta el punto de que este último no podrá salir a competición la próxima temporada.
Las familias apuntan a un tema de malestar prolongado en el tiempo y al “trato discriminatorio” del coordinador y también entrenador del club, Robeto Salgado, hacia sus hijas como el principal motivo de la marcha de jugadoras. “Estos problemas vienen de años atrás, pero todo terminó de explotar tras el desenlace de la pasada temporada. Las niñas recibían humillaciones y un trato inadecuado que les generaba ciertos bloqueos”, relata el padre de dos de las niñas que en junio decidieron abandonar el equipo.
Según este progenitor, los intentos por trasladar las quejas a la directiva no prosperaron: “Quise tratar el tema en alguna asamblea, pero me dejaron claro que cada entrenador es como es y que, si no me gustaba, buscara otro club para mis hijas”. La tensión aumentó el pasado año, con la celebración de unas elecciones internas que, según algunas familias, estuvieron plagadas de irregularidades. “No se dejó votar a muchos padres, mientras que se inscribió como socio a gente que no tenía nada que ver con el club. Lo llamamos pucherazo. Si hubiesen votado todos los que quedaron fuera, habríamos ganado por mayoría”, denuncia.
Finalmente, la candidatura alternativa impulsada por algunos padres perdió por seis votos (56 a 50) frente a la actual Junta Directiva. Para estas familias, aquel resultado supuso “el punto de inflexión” que precipitó la salida de dos generaciones completas de jugadoras.
El coordinador del Bilbao Artizarrak, Roberto Salgado, rechaza de plano las acusaciones de “trato inadecuado” y de manipulación electoral. “El club funcionaba perfectamente, nunca había tenido queja y las elecciones se realizaron de forma justa, siguiendo sus Estatutos. No se puede dejar votar a quien no ha abonado la cuota o no ha cumplido los plazos estimados”, afirma. Sobre las denuncias por su forma de entrenar, asegura que son “cosas absurdas”. “Se me ha reprochado que levantaba la voz, que daba charlas a puerta cerrada o que no convocaba a ciertas jugadoras. Nunca se ha hablado de agresiones verbales ni nada parecido. A veces llamo la atención a una jugadora para que corra más, pero eso es parte del entrenamiento”, defiende.
Fuga por estudios
En su opinión, la fuga se explica por otros factores: “Muchas se han marchado por estudios, por irse con sus amigas a otros equipos o por cambios generacionales. Hay incluso padres que ya me han dicho que sus hijas volverán el año que viene”.
La crisis deja a la entidad con una estructura mermada, especialmente en las categorías más inferiores, donde generaciones como la del 2013 o 2014 apenas cuentan con jugadoras suficientes para afrontar el inicio de temporada. A pesar de todo, Salgado se muestra optimista y cree que es “una situación puntual” que podrá revertirse con nuevas incorporaciones. Mientras tanto, varios equipos de la entidad han vuelto esta semana al trabajo, con plantillas reducidas y la incógnita de si el club conseguirá recuperar la estabilidad.