El Sestao River cierra 2024 virtualmente en puestos de salvación, aunque empatado a puntos con el Tarazona, Real Unión y Osasuna Promesas, con estos dos últimos conjuntos ocupando ya plaza de descenso. Se trata de una situación algo más desahogada que la del año pasado, en la que los jugadores entrenados entonces por Aitor Calle anduvieron con el agua al cuello hasta el final de la temporada. Pero llegó el triunfo de León para sellar la permanencia y dejar además al River en una discreta undécima posición definitiva.
A la salvación obtenida con todo mérito, siguió un verano plagado de dudas e incertidumbre sobre el futuro de la entidad verdinegra, cuya precaria economía llegó a hacer que la junta directiva encabezada por Ángel Castro se planteara la viabilidad del proyecto en Primera Federación y la continuidad del equipo en dicha categoría. Las dudas hicieron que el club solo pudiera retener a tres jugadores de los que habían obtenido el logro de mantener al River en la categoría. Markel Etxeberria, Leandro Martínez y Gorka Garai permanecieron en una plantilla que sufrió una renovación casi total. La llegada del técnico Ángel Viadero en sustitución de Aitor Calle trajo a la memoria la impecable campaña 2013-14, en que, con el cántabro al mando, el River conquistó el campeonato de Segunda B y se quedó a muy poco del ascenso a Segunda División. La llegada también de Iago Herrerín a la portería de Las Llanas sumaba quilates a una plantilla cuyo rendimiento estaba por comprobar.
Los verdinegros comenzaron la campaña con dos empates y una victoria en sus primeras cuatro citas, la obtenida en la difícil viaita a Zubieta en la cuarta jornada. Supuso el momento álgido para los de Viadero, que tras enlazar cinco jornadas sin volver a ganar –cuatro derrotas y un empate– fueron a parar a los puestos de descenso, de los cuales los verdinegros llevan intentando salir desde entonces. El no encadenar triunfos está penalizando a los sestaoarras. Las meritorias victorias obtenidas en Zamora y en León ante el líder, la Cultural, no tuvieron continuidad y la situación apenas variaba. La derrota en Amorebieta puso al Sestao como farolillo rojo, pero dos victorias seguidas en Las Llanas, ante Arenteiro y Celta Fortuna, parecen dar algo de aire a los de Ángel Viadero de cara al año que comienza.
Una tranquilidad que buscarán los jugadores en el césped y los directivos en los despachos. Justo cuando la directiva se disponía a proponer en Asamblea la conversión del club a SAD, llegó el “histórico” acuerdo con Sidenor. El gigante de la siderurgia aportará músculo financiero a la entidad de Las Llanas durante esta temporada y las dos siguientes con el objetivo de afianzar al River en la categoría y de aumentar un presupuesto cuyo ajuste supone un continuo quebradero de cabeza para la directiva.