“Haré todo lo que pueda para ganar”. Así se sacudió Max Verstappen de quienes le critican por su agresivo pilotaje. Esta vez no necesitó apelar a los límites del reglamento para la consecución de su objetivo: ganar. El neerlandés, solo una semana después de sumar su cuarto título mundial, regresó por sus fueros. Desabrochado de la presión y con un monoplaza que en el Gran Premio de Catar sirvió mejores prestaciones que las vistas a lo largo de media temporada, Verstappen selló su novena victoria del año, la 63 de su vida.
Después de que Mad Max fuera despojado de la pole y desplazado a la segunda pintura de la parrilla de salida, con George Russell delante y Lando Norris detrás, el triunfo se antojaba complicado. Además, el morbo sobre lo que podría suceder en los primeros metros de la carrera entre el campeón y el segundo clasificado del Mundial estaba servido. Pero nada más lejos de las especulaciones. La salida fue limpia. Sin sobresaltos. Tanto Verstappen como Norris se desembarazaron temprano de Rusell y pasaron a copar la clasificación.
Catar ofreció una segunda oportunidad de duelo entre Verstappen y Norris con la aparición de un safety car en la primera vuelta. Pero de nuevo el neerlandés esquivó cualquier amenaza. Tras la resalida, Verstappen aplicó mano de hierro hasta en la vuelta 16 de las 57 programadas alcanzar una ventaja de dos segundos. Fue la diferencia que trató de sostener mientras Norris se esforzaba en la búsqueda de la aproximación.
En el ecuador de la prueba, una bandera amarilla en plena recta de meta –había fragmentos de un retrovisor sobre la pista– obligó a los pilotos a moderar la velocidad, cosa que hizo Verstappen y no Norris, lo que fue protestado por el neerlandés. Pero justo en ese momento, giro 35, los pinchazos de Lewis Hamilton y Carlos Sainz, ocasionados por los restos sobre el asfalto o por el agotamiento de los neumáticos, motivaron a la organización a sacar un nuevo coche de seguridad, situación que aprovecharon los favoritos para realizar la primera y única parada prevista. Se desató el caos.
Norris, que perdía más de dos segundos con Verstappen, volvía a verse a rueda del líder, gozando de una tercera oportunidad de doblegar al neerlandés. En la vuelta 39 se relanzó la prueba y Norris llegó a emparejarse con el Red Bull, pero Verstappen, con la zona interior ganada para atacar la curva 1, protegió el liderato.
Acto seguido, los abandonos de Hülkenberg y Sergio Pérez obligaron a la entrada del tercer safety car. Nueva oportunidad para Norris, que esta vez no tuvo ninguna opción.
Justo en ese momento, cuando Norris rodaba a rueda de Verstappen, a distancia de DRS, se conoció la imposición de una sanción por no desacelerar con la bandera amarilla en pista: diez segundos de stop and go; es decir, cerca de 34 segundos de pérdida al tener que atravesar el pit-lane. Ahí murió cualquier esperanza de Norris. Una dura pena y además un tremendo varapalo para McLaren de cara al Campeonato del Mundo de Constructores. Ferrari cobraba aliento después de ver a los dos McLaren ante sus morros.
De este modo, Verstappen pasó a tener a Charles Leclerc a la zaga, a más de cuatro segundos. El monegasco era acosado por Oscar Piastri, tercero. Y en este mismo orden concluiría la prueba. “Simplemente una tarde adorable otra vez”, expresó Mad Max, que dijo haberse divertido. Y es que no lo tuvo sencillo al tener que defenderse de Norris en múltiples ocasiones. “Hace mucho tiempo que no somos competitivos en seco y estoy muy orgulloso”, declaró Verstappen, que obró una gran remontada desde la octava plaza que firmó en la carrera al esprint. Red Bull supo reaccionar para obrar una nueva victoria.
Finalmente Norris terminó décimo y con la autoría de la vuelta rápida, lo que dejó a McLaren 21 puntos por encima de Ferrari en el certamen de constructores. El británico siente ahora el aliento de Leclerc en la batalla por el subcampeonato, donde goza de solo 8 puntos de ventaja. “Estoy realmente contento. Lo hubiera firmado. Se decidirá en la última carrera (Abu Dhabi)”, expresó Leclerc.
Una vez concluido el gran premio, Russell recibió una sanción de 5 segundos, pero conservó la cuarta plaza, por delante de Pierre Gasly (5º), Carlos Sainz (6º), Fernando Alonso (7º) y Guanyu Zhou (8º), quien dio a Sauber sus primeros puntos de la temporada. Hamilton fue duodécimo.