- Los aviones no vuelan -ayer Repsol recordó que la demanda de queroseno, el combustible de los aeroplanos, está un 80% por debajo de lo normal-, y la industria fabricante de aeronaves se ha encontrado, de un día para otro, sin demanda de nuevos aviones, no poca, ninguna. El resultado es que las empresas del sector aeronáutico tienen que ajustarse a la nueva situación. Y eso es lo que va a hacer la compañía vasca fabricante de componentes aeronáuticos para motores ITP Aero que plantea un ajuste laboral de 600 personas, un 15% de su plantilla global en el mundo, y que afectará a sus instalaciones en el País Vasco.

Como se recordará, ITP Aero, controlada por la firma británica Rolls-Royce, tiene su sede central Zamudio, en el Parque Tecnológico de Bizkaia y varias plantas en Euskadi repartidas entre Zamudio, Derio, Barakaldo y Sestao. La compañía que dirige Carlos Alzola comunicó ayer a la plantilla que se ve obligada a realizar un ajuste de costes importante ante el hundimiento de la cartera de pedidos que ha sufrido el sector como consecuencia de la pandemia provocada por el covid-19.

La compañía, tecnológicamente competitiva a nivel mundial, estaba evolucionando positivamente en los últimos ejercicios y se ha encontrado con una crisis totalmente ajena a su gestión, que ha llevado a las aerolíneas, sus principales clientes, a paralizar la mayoría de los vuelos comerciales en todo el mundo.

El resultado es una brutal caída de la demanda de nuevos aviones y de sus correspondientes motores. Además, incluso en motores ya vendidos e instalados en aeronaves, una parte de los ingresos de ITP Aero dependen de las horas de vuelo de los mismo y estas se han reducido de forma extraordinaria, al estar buena parte de la flota mundial de aeronaves comerciales en tierra.

Así, la compañía aeronáutica vasca, que fabrica piezas para turbinas aeronáuticas, quiere reducir en un 15% su plantilla, compuesta por un total de unos 4.000 empleados, la mitad de ellos en tierras vascas, lo que supone la eliminación de unos 600 puestos de trabajo.

En el País Vasco, tanto en el municipio de Zamudio como en otras instalaciones que hay en otras localidades vizcainas citadas, trabajan unas 1.900 personas.

ITP Aero se propone hacer el ajuste laboral cuando finalicen los Expedientes de Regulación de Empleo temporales (ERTE) actualmente en vigor en los diferentes centros de la empresa en el Estado español.

En principio, según los acuerdos alcanzados en su momento, la mayor parte de estos expedientes de regulación de empleo concluyen a finales del mes de septiembre y algunos en octubre. Será entonces cuando la compañía aborde las medidas de ajuste adelantadas ayer.

Como ya ha pasado con Tubacex, la primera gran compañía industrial vasca que ha adelantado la necesidad de asumir ajustes, el planteamiento de ITP Aero es similar. Ambas empresas, debido a la brutal reducción de la demanda, tienen que realizar recortes de costes para seguir siendo viables en un mercado mucho más reducido.

Ambas compañías han estimado el ahorro que se necesita para sobrevivir a los efectos del covid en costes laborales, es decir han fijado el porcentaje de plantilla afectada pero no han concretado, al menos públicamente, el reparto por centros de trabajo con el fin de dejar una negociación abierta con los representantes de los trabajadores.

ITP Aero es una empresa moderna, tecnológicamente competitiva, y opera en un sector, en principio de futuro, aunque ya se asume que en dos o tres años no se va a producir la recuperación del tráfico aéreo mundial a los niveles precrisis, e intentará mantener el mayor número de personal ya que es gente muy cualificada, pero el número final dependerá del sacrificio en costes salariales y demás que se puedan conseguir y acordar.

La empresa ITP Aero finalizó el pasado 2019, que ahora parece tan lejano y sólo han pasado seis meses, con un beneficio neto de 95 millones de euros, un 37% más que en 2018, mientras que su facturación aumentó un 11% hasta los 983 millones de euros.

La compañía manejaba unas previsiones para este 2020 de estabilidad en las ventas y un crecimiento moderado de los resultados. ITP Aero obtuvo unos ingresos cercanos a los 1.000 millones de euros, favorecida por el crecimiento del negocio de aviación comercial, tanto en programas de motores Trent de Rolls-Royce como en programas de otros clientes, incluido un aumento relevante en los motores de la norteamericana Pratt & Whitney. Por áreas de negocio, Aviación Comercial, la que más duro está sufriendo esta crisis, representa el 75% de las ventas de ITP, mientras que Defensa supone el 14% y Soporte en Servicio, el 11%. La compañía aumentó en 2019 un 4% su plantilla hasta los 4.006 empleados.

Resultados. ITP Aero cerró el pasado ejercicio con un beneficio neto de 95 millones de euros, un 37% más, mientras que su facturación aumentó un 11% hasta los 983 millones de euros. El 75% del negocio proviene de la aviación comercial.

4.000

La empresa vasca cerró 2019 con 4.000 empleados en plantilla repartidos por las instalaciones del Estado español, Reino Unido, Malta, Estados Unidos, India y México, con lo que el ajuste previsto afectaría a un 15% de los trabajadores. De la plantilla total, unas 1.900 personas están en las plantas del País Vasco.