La cantautora y guitarrista vizcaina Amaia Miranda (Bilbao, 1993), residente en Cataluña y lugarteniente en escenarios de Christina Rosenvinge y Gorka Urbizu, regresa a casa este fin de semana para presentar en directo su último disco, Cada vez que te veo lo entiendo (Hidden Tracks Records), el tercero de una discografía singular marcada por un minimalismo musical que se opone a un torrente emocional desbordante. Actuará este domingo 21, a las 13.00 horas, en Kult Parnasoa de Gernika–Lumo.

Cada vez que te veo lo entiendo es el tercer disco de Miranda, guitarrista, compositora, productora y cantautora formada en Barcelona (ESMUC y Taller de Músics). Sus dos primeros trabajos, Cuando se nos mueren los amores (2022) y Mientras vivas brilla (2024), fueron tan bien acogidos por la crítica estatal e internacional –NPR, la Radio Pública de Estados Unidos, eligió el segundo como uno de los 50 mejores discos de 2024– como por una legión restringida en número pero apasionada y con buen gusto.

Su tercer álbum, primero con Hidden Track Records, ha supuesto un punto de inflexión en la trayectoria de Miranda aunque sin abandonar el camino recorrido hasta ahora. La artista bilbaina, productora para artistas emergentes como Luisa y el Mar o Mariana, e instrumentista sobre los escenarios como guitarrista junto a Christina Rosenvinge, Amaia Romero y Gorka Urbizu, ha entregado un repertorio de 10 canciones que abre nuevos territorios a su propuesta en apenas 25 minutos de duración.

Apoyo exterior

Masterizado por Heba Kadry en Nueva York (quien ha trabajado con artistas como Björk o Bon Iver), y coproducido por la propia artista vizcaina junto a Nacho Mur (La M.O.D.A.), Cada vez que te veo lo entiendo ha introducido algunos cambios en su sonoridad debido a propuestas novedosas como cantar en registros más suaves y agudos, grabar la voz por separado en algunas canciones o la introducción de samplers, como el de Gloria Fuertes recitando sus versos en la canción Entre mi sangre y el llanto.

Miranda es dueña de una dicción peculiar, susurrante y que irradia personalidad al arrastrar las palabras, que, en ocasiones, funcionan como un instrumento más. Con herramientas vocales más expresivas, su repertorio actual suena más expansivo aunque ligado, como sus antecedentes, a la intimidad y la delicadeza características de su obra anterior, casi siempre acústica.

Castellano y euskera

Miranda, que ha dejado atrás el inglés con el que empezó a expresarse, seguramente por imitación del antaño extendido cliché indie, alterna ahora el castellano con pasajes en euskera rescatados de su cuna y educación familiar. Regresa a casa con Amak dio, el primer adelanto publicado de este tercer disco, inspirada en una conversación con su madre y en su vínculo con el idioma. Además de ese regreso a lo esencial, a la familia, el lenguaje y el amor como raíces, canta en euskera también Bizipoza, dedicada a Urbizu y a su equipo, con quien lleva girando casi dos años.

El título de este disco aparentemente minimalista pero catedralicio en emoción, proviene de una de sus canciones, de los versos “no sé lo que es el amor, pero cada vez que te veo lo entiendo”. Esa frase resume la idea central del álbum, en el que el amor aparece motor de vida, aprendizaje y transformación. El resultado es un repertorio que respira esperanza, ternura, amistad… y también separaciones. Porque, aún reconociendo que No todo es quererse, refleja luminosidad y deseos de exprimir la vida.

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Disco radicalmente intimista, se abre a sonoridades dispares que llevan a la vizcaina a juguetear con los aires andaluces en Bolero de plata , en la que canta “ahora mi pecho es de oro, un ramo de estrellas por ti”, o con la mandolina de Mur. Y, prueba de su singularidad y libertad, que en ocasiones remite al primer Guitarricadelafuente, al dúo Maestro Espada o a la desnudez campestre de Bon Iver o de José González, en Canción de la juventud se limita a tararear su melodía mientras rasga las cuerdas de una guitarra acústica que parece haber sido grabada en el campo, al calor de una fogata.

Aunque cante “todas las canciones han sonado ya” en su tema Todas las canciones, oyéndola negamos la mayor y que, por el contrario, las pasiones “bailan sin parar”, como ilusiones que se convierten en reales. Y dado que, como ella canta, estamos aquí de paso, disfrutemos y busquemos la luz; dentro de nuestro regazo y en las canciones más bellas, como las de Miranda. Porque hay amores y canciones que nunca mueren.