BILBAO - El camino de las empresas vascas hacia el que sería su tercer récord consecutivo de exportaciones se ha puesto definitivamente cuesta arriba. El frenazo global del automóvil y la menor producción en Petronor llevan varios meses restando empuje al comercio exterior vasco y, en medio de la ralentización, el retroceso de agosto parece definitivo.

El octavo mes del año es tradicionalmente un periodo malo para el comercio internacional y cada ejercicio se disputa con diciembre el título de peor fase para las exportaciones. En este caso, el dato hecho público ayer por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, es el más malo desde ese mes de 2015. En concreto, las empresas vascas exportaron el pasado agosto bienes por valor de casi 1.543 millones de euros, un 8,9% menos que en el mismo periodo de 2018. La evolución del año está marcada por la desaceleración de la economía, pero también por su impacto en sectores concretos -entre ellos los bienes de equipo y sobre todo la automoción- y por el menor dinamismo de la venta de refino de petróleo, que en el caso de la CAV tiene una explicación muy clara: Petronor no ha recuperado el terreno perdido durante las dos paradas de mantenimiento que ha acometido este año.

Con todo, las ventas acumuladas en lo que va de año tienen buen tono. Las exportaciones vascas suman entre enero y agosto 16.741 millones, lo que supone un retroceso de apenas un 1,6% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se estableció el último récord. A ese ritmo, se volverían a superar los 25.000 millones en diciembre y, aunque es posible que el último trimestre sea flojo por la ralentización de la economía mundial, todo apunta a que Euskadi cerrará de nuevo el curso con buena nota en la asignatura de exportación. Y todo ello a pesar de que las partidas arancelarias ligadas a la automoción están registrando fuertes caídas en lo que va de año. Ocurre con el primer producto que vende Euskadi al exterior, los turismos de menos de 10 personas -Mercedes Benz en Gasteiz-, que registran una bajada de casi un 17% hasta agosto. En ese caso coinciden tanto los problemas del sector de la automoción como el enfriamiento de la economía alemana, el principal destino de las furgonetas que se fabrican en la planta de la capital alavesa.

También se registra un descenso en las exportaciones de la industria vasca de componentes del automóvil (con gran presencia en Bizkaia) y en las furgonetas para el transporte. El debate sobre el diésel y los cambios en la normativa de emisiones de vehículos está siendo un lastre importante para el sector. Con todo, la mayor caída (-27%) entre las seis primeras partidas arancelarias de Euskadi la registra el refino del petróleo, debido a que Petronor está produciendo menos este año por las mencionadas revisiones y, por tanto, sacando menos producto al exterior.

el tirón del ferrocarril De este modo, solo están creciendo dos de los principales productos exportados por las empresas vascas: los neumáticos y sobre todo los trenes y tranvías que fabrica CAF en Beasain. El dinamismo de la compañía ferroviaria vasca y la entrega de más pedidos que el año pasado dispara las ventas acumuladas hasta agosto de este producto, que se multiplica por siete respecto al año pasado. Ese empuje permite a Gipuzkoa ser el único territorio de la CAV que mantiene un balance positivo, con un crecimiento acumulado del 15,6%. Araba ha reducido sus exportaciones en casi un 8% y Bizkaia, en algo más de un 9%, porque la desaceleración coincide en su caso con los malos datos de Mercedes y las paradas de la refinería de Muskiz, respectivamente.

En cuanto al destino del comercio exterior de las empresas vascas, el frenazo de Alemania, que previsiblemente ha entrado en recesión técnica en el tercer trimestre, consolida a Francia como primer socio de Euskadi. La guerra comercial y los aranceles pasan factura a las ventas de la CAV a Estados Unidos y se registra un desplome del 18,5% en ese mercado.

El Brexit, en cambio, juega a favor de momento. Las empresas británicas están acelerado las compras a compañías europeas antes de la desconexión con Europa del Reino Unido y las operaciones con Euskadi han crecido un 34,5% en lo que va de año. Otro mercado en retroceso es Italia, sumida en una nueva crisis política. Las empresas vascas están ganando terreno en Asia o América Latina y compensando así el mal comportamiento de algunos de sus principales socios.