La compañía vasca Conservas Garavilla, titular de la marca Isabel, inició en 2006 una nueva etapa tras salir de su accionariado, después de más de treinta años, el BBVA -entidad que contaba con el 41% del capital-, y pasar a ser controlada en su práctica totalidad por los sucesores de su fundador. Este verano, la familia ha dado entrada en su accionariado a un socio externo, el fondo de capital riesgo MCH Private Equity, a través de una ampliación de capital que ha dotado a la empresa de una inyección económica en unos momentos de crisis. Esto le ha permitido disponer de financiación suficiente para desarrollar la internacionalización de Garavilla y consolidar su posición en los productos de mayor valor añadido. La operación, valorada de manera oficiosa en cerca de 60 millones de euros, ha permitido amortizar deuda y prepararse para los nuevos retos de los mercados.
Juan Corrales Garavilla, tras hacer una carrera profesional fuera de la empresa familiar, lleva desde hace un lustro la gestión de la compañía de Bermeo, una de las más prestigiosas del sector conservero.
¿Qué objetivos tiene la compañía en el plan estratégico 2010-2015?
Crecer a través de la innovación de productos con la marca Isabel, poniendo en valor los productos que elaboramos y potenciar la expansión internacional de la empresa.
¿Siguen apostando por la conserva como eje de su negocio?
Hemos innovado con el concepto Naturfresh, que son las conservas basadas en el pescado, fundamentalmente atún, de mayor valor añadido, sin aditivos, ni conservantes. La conserva es una técnica ya antigua pero absolutamente válida, pues es de total calidad, concepto que queremos potenciar. Pretendemos desarrollarnos en el área de platos preparados, que tiene un gran potencial de crecimiento.
El sector conservero de pescado tradicional está sumamente atomizado y a nivel del Estado español no atraviesa por sus mejores momentos, por lo que nadie duda que se va a dar un proceso de concentración. ¿Están dispuestos a comprar otras empresas si ven oportunidades?
La reestructuración sectorial la está haciendo el propio consumidor. Nosotros trabajamos para demostrar al mercado que Isabel es la gran marca de conservas de pescado. La irrupción creciente de las marcas blancas, que suelen tener un importante peso en la facturación de las empresas, te obliga a ser innovador. Llevamos años trabajando con las universidades, con los centros tecnológicos, con los consumidores, haciendo catas, buscando el mejor producto. Hacemos una inversión importante en I+D+i. Eso nos ha diferenciado del resto y nos ha dado ventaja. En Conservas Garavilla creemos que nos encontramos ante el reto de liderar algunos de los procesos de consolidación de la industria conservera de pescado desde un crecimiento orgánico pero sin que ello suponga descartar nada.
Ustedes han realizado años pasados unas importantes inversiones para modernizar las instalaciones y disponer de la capacidad industrial para elaborar productos de mayor valor añadido. ¿Qué esfuerzo económico ha realizado Conservas Garavilla?
La compañía ha renovado las instalaciones tanto fabriles como la flota pesquera con una inversión muy importante, cercana a los cien millones de euros, que incluye la recompra del paquete accionarial que tuvo el BBVA.
¿Qué productos ha desarrollado Garavilla al margen de las tradicionales conservas de atún?
Hace unos años empezamos a trabajar en varios campos nuevos, pero siempre con el pescado como base. El eje de salud, con productos para prevenir y reducir colesterol; los platos cocinados y las ensaladas preparadas, ha tenido un crecimiento exponencial. A la gama de ensaladas en bol, hay que sumar, en este mismo tipo de envases, los platos cocinados calentables como arroz a la marinera, pasta con atún y tomate... Además, tenemos platos preparados del tipo filetes de atún, chipirones en su tinta, pulpo a la gallega... También queremos posicionarnos en el mercado infantil con una gama pensada para los más jóvenes, con hamburguesas, salchichas y albóndigas elaborar en base a atún. Por otra parte, estamos haciendo hincapié en temas de salud, con recetas con aceites vegetales alto oleicos que ayudan a controlar el colesterol.
La compañía conserva las labores de mayor valor añadido en Euskadi pero está presente en otros dos continentes.
En Euskadi está la dirección y el centro de decisión de los negocios, además de la planta donde se elaboran los productos tradicionales de mayor valor, como las conservas de bonito. Grupo Garavilla tiene en la actualidad cuatro plantas productivas. Esta la de aquí, en Mundaka, (donde se desarrolla la entrevista), la de O Grove, en Pontevedra, y dos en el exterior. Una en África, en Agadir (Marruecos), y otra en Sudamérica, en Manta (Ecuador), desde donde opera nuestra flota atunera.
La empresa es una de las primeras compañías vascas del sector que apostó por la internacionalización y la presencia en mercados distintos y ello ha supuesto una garantía de éxito pese las dificultades iniciales. ¿En qué mercados tienen mayor presencia Garavilla y dónde ve mayor potencial de crecimiento?
En la compañía queremos potenciar la marca Isabel, no sólo en nuestros dos mayores mercados tradicionales, el español y el francés, sino también en los países del Este de Europa, como la República Checa. Pero tenemos muchas esperanzas en el crecimiento del mercado sudamericano, que abastecemos desde Ecuador. Estamos hablando de países como Colombia, Ecuador o Argentina con un potencial demográfico y económico muy importante a futuro, y en el Magreb, con una población muy joven y en crecimiento constante que ve en las conservas un producto sano, fácil de transportar. Desde la planta ecuatoriana salen los productos con destino a los mercados situados en los países del entorno. Desde Marruecos, donde contamos con una planta que procesa, fundamentalmente, sardinas, queremos abastecer todo el Magreb.
¿En qué cifras de ventas se mueve la compañía y cómo están repartidas?
El grupo Garavilla factura del orden de 240 millones de euros anuales y pese a la crisis, con la consiguiente reducción del gasto de las familias, incluido el de alimentación, mantenemos el nivel de facturación. De dicha cifra, la mitad corresponde a las ventas en los mercados internacionales. En el caso español, la nueva gama de productos de mayor valor añadido ya supone el 25% de las ventas, pero el mayor crecimiento de las mismas se contabiliza en América, con tasas cercanas al 14%.
Usted reivindica la conserva y con la gama de productos Isabel Naturfresh han conseguido posicionarla como un producto de calidad.
Es que lo es. Las conservas se vienen haciendo durante más de cien años y han tenido una percepción de producto antiguo y barato. Nosotros con Naturfresh demostramos que es un producto de calidad. Queremos implantar una nueva visión, entre los consumidores, de la conserva como algo sano y bueno, sin conservantes ni colorantes.
¿Qué plantilla tiene el grupo?
Garavilla es una empresa vasca con desarrollo internacional que tiene las plantas procesadoras allá donde está la materia prima. En Euskadi tenemos la dirección y el mayor valor añadido del negocio. Bermeo es el centro de desarrollo del I+D en colaboración, entre otros, con centros tecnológicos como Azti, además de la planta de Mundaka y desde aquí controlamos la flota. En total tenemos unas 2.500 personas.