El black friday es la fecha en la que tradicionalmente daba arranque la campaña de Navidad de muchas plataformas, empresas o comercios. Este año esta simbólica fecha es el 25 de noviembre, pero a nadie se le escapa que los turrones y los dulces navideños, determinada comida, los adornos, los regalos, y hasta ropa ya están en las estanterías de muchos supermercados y tiendas adelantándonos una Navidad que cada vez las empresas acercan más al principio del otoño como estrategia comercial y de ventas. Estas son las principales causas de estos nuevos hábitos de compra.

  • Los españoles hemos cambiado nuestras rutinas de consumo y las empresas han sabido aprovecharlo también en su beneficio.
  • Las empresas adelantan la salida al mercado de mucho productos para evitar el desabastecimiento que ocurrió la temporada pasada con el final de la covid.
  • La planificación empresarial ha cambiado y están en disposición de lanzar al mercado los productos antes y rentabilizar antes sus costes.
  • Además, captan la atención del cliente con nuevos productos induciéndolo a comprar antes de las navidades. Así consiguen además que vuelva a comprar en la temporada de fiestas y aumentar sus ganancias. Y que consumas turrón a finales del verano por capricho y en navidades por que es la época habitual.
  • La inflación y el pesimismo sobre la evolución de la economía han provocado que el consumidor se lance a comprar estos productos navideños, muchas veces caprichosos, antes de que suban mucho los o de que su situación personal les obligue a prescindir de este tipo de gastos.
  • Las empresas aprovechan estas situaciones de indefinición y de caída del consumo familiar para implementar agresivas estrategias de marketing para inducir al consumo.
  • También hay que tener en cuenta que es la primera Navidad en tres años sin restricciones a causa de la pandemia y que la ciudadanía tiene ganas de consumir sin cortapisas y disfrutar a lo grande tras una época negra.
  • Las empresas disponen además de numerosas herramientas estadísticas e informáticas, sus redes sociales, las búsquedas y compras on line, etc. para averiguar por dónde se mueve el mercado, sus gustos, sus variaciones sobre otras temporadas, por ejemplo. Y lo complacen y se benefician de ello.
  • Las consumidores ya no conocen como antes el precio exacto de cada producto que compra. Hacen una valoración más global de la cesta de la compra, o del gasto general en ocio, o por otros conceptos.
  • El comercio electrónico hace que compremos más solos y nuestras compras sean más compulsivas. Nadie nos verá comprar turrón en septiembre ni nos mirará con cara rara por hacerlo, por ejemplo.
  • También está el aspecto psicológico de la compra. Comerte unos mazapanes a 30 grados puede ser un capricho y muchos dirán ¡Que me quiten lo bailao! yo ya los he disfrutado con merecimiento.

En definitiva, el mercado y los hábitos de consumo, además del fin de la pandemia y el empeoramiento de la situación económica, han forzado situaciones hasta hace poco insospechadas como que podamos disfrutar ele turrón sin haber guardado aún los bañadores en el armario.