Seguramente hayamos mirado al cielo y no nos hayamos percatado, pero desde hace varios días la NASA está lanzando desde la Estación Espacial Internacional una lluvia de rayos láser sobre los bosques y las selvas de la Tierra. Lejos de ser dañino para el planeta, el objetivo de esta curiosa acción sería revelar los secretos más íntimos de las masas forestales más recónditas del globo.

La misión, que recibe el nombre de GEDI, acrónimo en inglés de Global Ecosystem Dynamics Investigation (Investigación sobre la Dinámica Global de los Ecosistemas), permite obtener mapas tridimensionales y muy precisos de los bosques y las selvas más importantes de nuestro planeta, pero también de aquellos lugares remotos de los que no se tiene demasiada información.

Asimismo, a través de la radiación electromagnética emitida, el satélite puede captar datos como la cantidad de dióxido de carbono que están absorbiendo los árboles, un dato que resulta de gran utilidad en lucha contra el cambio climático.

GEDI, el satélite de la NASA, dispara rayos láser a los bosques y selvas del planeta. NASA

El satélite que ejecuta la misión GEDI, "del tamaño de un frigorífico", pesa unos 500 kilos y está acoplado a uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional, así lo asegura el científico español Adrián Pascual, científico de GEDI y experto en mapeo y gestión de ecosistemas forestales y profesor de la Universidad de Maryland, organismo que desarrolla la misión junto al Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

¿Para qué conseguir mapas tridimensionales?

Uno de los principales datos que obtiene el satélite GEDI es la cantidad de dióxido de carbono que absorben los árboles, y esto, unido a la consecución de mapas tridimensionales que permitan determinar la altura y anchura de los árboles y la estructura de los bosques, hará que, por ejemplo, cuando ocurra un incendio se tenga un cálculo más preciso de la biomasa que se ha perdido, y solo al número de hectáreas calcinadas.

En este sentido Pascual explicó que a medida que los árboles crecen van incrementando su biomasa, una biomasa de la que aproximadamente el 50% es carbono, por lo que los datos que se obtengan de la misión GEDI son fundamentales para comprender cuánto carbono almacenan los bosques y qué impacto tiene la deforestación en la lucha contra el cambio climático.

El satélite utiliza una tecnología novedosa en el espacio, y es que cuando el láser llega a la Tierra, choca contra el primer elemento que encuentra (la copa de los árboles), y sigue progresando hasta chocar con el suelo. Así, el sensor láser mide la diferencia de tiempo entre cuando detecta las copas y el suelo, convierte ese lapso de tiempo en distancia, y estimar cuál es la altura de la vegetación.

Más allá de la altura de los árboles, se ha descubierto que las raíces de los árboles también almacenan dióxido de carbono, lo que significa que la cantidad de CO2 que realmente absorben los bosques es mayor a la que estiman los investigadores, algo que refuerza aún más la idea de que las grandes selvas y bosques del planetas son irremplazables y determinantes en la absorción de dióxido de carbono.