Anfield vivió el domingo el cambio de corona de la Premier League cuando el Manchester City se la arrancó de cuajo a un rendido Liverpool, al que derrotó con un contundente 1-4. Gündogan puso el 0-1 en el minuto 49, Salah igualó para el Liverpool en el 63, de nuevo Gündogan adelantó a los pupilos de Guardiola en el 73 y Sterling, (m.76) y Foden (m.83) redondearon la goleada.

Ni un penalti fallado por Ilkay Gündogan ni un error de Ruben Dias. Nada impidió que el City se aprovechara de dos fallos mayúsculos de Alisson para rematar una exhibición que deja la Premier muy cerca de volver al Etihad Stadium.

Porque el Liverpool venía muy tocado, de haber visto cómo su fortín de Anfield se convertía en el jardín de Burnley y Brighton con dos derrotas inesperadas que hacían de este duelo clave para sus intereses de reengancharse a la Premier.

"No somos ya candidatos", apuntó el defensa Andy Robertson en la previa, quitando presión a los suyos, a la vez que Guardiola y Klopp se enzarzaban en un cruce de declaraciones sobre quién estaba más descansado y a quién venía mejor el calendario.

Sea como fuere, la lucha de egos no valía en el campo. El Liverpool salía con la intención de demostrar el alma de campeón y acabó derrotado.

Pese a la contundente derrota, Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, mostró talante positivo y aseguró que si vuelven a jugar como lo han hecho "durante buena parte del encuentro", volverán a ganar partidos al "100 %".

"La mayor parte del partido lo hicimos bien. Aunque pueda ver en tu mirada que piensas diferente", dijo un ácido Klopp al periodista de la BBC.

Por su parte Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, aseguró que celebrarán la victoria, pero que en febrero "nadie es campeón".

"Hoy celebraremos, pero mañana volvemos al césped a trabajar de nuevo. En febrero nadie es campeón. No puedo predecir el futuro y lo único que puedo predecir es trabajo, trabajo y trabajo", dijo el técnico catalán tras su primer triunfo como entrenador en Anfield.