HACE una semana, muchos ya daban por enterradas las opciones de salvación del Gernika. Los motivos abundaban tras dos derrotas seguidas ante Arenas e Izarra, rivales directos. La única opción para poder seguir en Segunda B pasaba por ganar los últimos tres partidos. Cualquier empate significaba el descenso para unos forales que acumulaban once jornadas sin conocer la victoria, desde que el Bilbao Athletic pasó por Urbieta el 9 de febrero. Para colmo, tocaba medirse al Racing en El Sardinero, donde no se había producido ninguna victoria visitante. Pese a todo ello, aún quedaban quienes se resistían a rendirse. Entre ellos, Koldo Berasaluze (Gernika, 1992), un central que se puso la capa de héroe con un golazo para hacer llegar con vida a los forales a una penúltima jornada que se jugará al completo mañana a las 18.00 horas.

“No sabía ni cómo celebrarlo. La gente me toma el pelo, a ver qué hacía yo en el área”, bromea Berasaluze. “Veníamos de perder contra dos rivales directos y el equipo estaba bastante hundido. Cuando ya nos daban por muertos el vestuario se unió más que nunca y gracias a ello pudimos ganar en El Sardinero”, explica el defensa que pasó por todas las categorías inferiores del Gernika y realizó un paréntesis de un curso en el Bermeo para después retornar a Urbieta y convertirse en pieza clave del ascenso a Segunda B, categoría a la que desean aferrarse. “En algún sitio leímos que ya habíamos descendido y los jugadores del Racing nos lo preguntaban. Eso nos dio más fuerza”, añade este profesor de Primaria.

Ganar mañana a una descendida Cultural y la semana que viene a un Barakaldo ya clasificado al play-off, además de rezar para que Real Unión o Arenas, ambos cinco puntos por encima, sumen dos tropiezos es el clavo ardiendo al que se agarra el Gernika para poder escalar al play-out. “La racha de once partidos sin ganar fue un resumen del curso. Te ves abajo y te entran los miedos. Le hemos dado la vuelta y vamos a por el milagro. Peores cosas se han visto y mientras las matemáticas no digan lo contrario?”, apunta el segundo futbolista de la plantilla con más minutos sobre el césped. “El que nuestros rivales no se jueguen nada también puede ser malo, porque no tienen presión. La Cultu juega muy bien y sin presión puede que lo haga aún mejor”, analiza. Aún existe una combinación que les evitaría incluso disputar la promoción, pero implica que tanto irundarras como getxotarras pierdan en las dos jornadas restantes.

El Arenas, situado en zona tranquila gracias a que se impone al Real Unión en el golaverage, viaja mañana al feudo del Sanse, que se ha metido en apuros al sacar un punto en las últimas ocho jornadas y está solo tres por encima de los de Bordas. Para acabar, recibirá al Mirandés. El Real Unión, por su parte, visita mañana a un Bilbao Athletic que ya no se juega, lo que no le hace menos peligroso, como demostró con su goleada en Calahorra. Por último, recibirá al Tudelano, ahora mismo involucrado tanto en la pelea por no caer al play-out como por la Copa. “Prefiero no saber lo que pase en otros campos, porque si no ganamos, nos da igual”, indica.

PELEA POR LA COPA Otra meta no tan crucial como la salvación pero sí muy suculenta es a la que optan Leioa y Amorebieta, que ocupan puestos de acceso a la Copa, por la que aún deben remar. Cerca lo tienen los leioarras, que afrontan un derbi en Sarriena ante un Barakaldo que el pasado domingo selló su presencia en la fase de ascenso por la remontada lograda precisamente ante los zornotzarras, que se miden a un rival directo. Y es que a Urritxe acude el Langreo, dos puntos por encima de los azules, que cierran las plazas coperas con solo un punto de renta sobre el Calahorra.