bilbao - Durante años, es complicado fecharlo por la cantidad de triunfos obtenidos siguiendo el mismo patrón, Alejandro Valverde (Movistar) agitaba la bici, pedaleaba con saña durante unos segundos y la siguiente imagen era una celebración. Tan perfeccionado tenía el sistema que se instauró aquello de la distancia Valverde, algo así como el punto de ignición de la turbina del infinito murciano, camuflado entre los primeros hasta que irrumpía sin que nadie pudiera rastrearle. A partir de ese impulso, el resto bajaba la cabeza y asentía. Otra vez.

En el alto de Cullera, en la segunda etapa de la Volta a la Comunitat Valenciana, Valverde fue el primero en desenfundar, pero a su muelle le faltó potencia. O le sobró Tadej Pogacar (Emirates). El esloveno joven, brioso y poderoso que remontó al murciano, oxidado ante la respuesta contundente Pogacar, que se adentra en el futuro subido en un cohete. En la explosiva ascensión resolvió ante Valverde y Dylan Theuns (Bahrain), tercero.

En el grupo de patricios se instaló Ion Izagirre (Astana), defensor del título, que fue sexto en una jornada que abrió las primeras diferencias. El de Ormaiztegi se encoló entre los mejores, al igual que Rubén Fernández, séptimo. El líder de la Fundación Euskadi dio continuidad a la gran puesta en escena de la escuadra vasca en la carrera. Por otra parte, Phil Bauhaus (Bahrain) se impuso al esprint en la tercera etapa del Saudi Tour. El alemán lidera la prueba gracias a las bonificaciones. Magnus Cort (Education First) venció la segunda etapa de la Etoile de Bessèges.