Los Milwaukee Bucks frenaron la euforia de los Phoenix Suns (2-1) y, al amparo del efervescente Fiserv Forum, firmaron su primera victoria en las finales de la NBA, dejando claro que no van a bajar los brazos de manera voluntaria ante la exuberancia y el preciosismo que su rival es capaz de desarrollar cuando actúa en su mejor versión y evidenciando que si consigue llevar a las trincheras la lucha por el anillo sus opciones aumentarán de manera considerable. A le tercera, el conjunto de Mike Budenholzer fue más fiel a sus señas de identidad y acabó llevándose la victoria por 120-100.

En esta ocasión, los Bucks no permitieron tantas alegrías a Chris Paul, Devin Booker y compañía, sobre todo a partir del segundo parcial. Defendieron con mayor intensidad (en los nueve primeros cuartos de las finales los Suns habían superado los 25 puntos anotados, en el décimo se quedaron en 17), insuflaron más físico a sus acciones en ambos aros, arrollaron en el rebote, sumaron muchos puntos de segundas oportunidades... y tienen a Giannis Antetokounmpo. No hace ni quince días que el coloso griego encendió todas las alarmas amagando con una gravísima lesión de rodilla, pero tras un primer duelo de las finales algo más terrenal (20 puntos, 17 rebotes) lleva dos partidos a un nivel soberbio, anotando en ambos por encima de los cuarenta puntos. En el último sumó 41 y 13 rebotes -primer jugador en encadenar dos encuentros por encima del 40-10 desde Shaquille O’Neal en 2000-, tuvo buenos porcentajes desde la línea de tiros libres (13 de 17) y en las distancias cortas arrasó con todo aquel que se le puso por delante.

Phoenix, con una gran conexión entre Paul y DeAndre Ayton, mantuvo en el acto inaugural la estela de acierto y brillantez de los dos primeros partidos, pero antes del descanso perdió comba ante el nivel de exigencia física marcado por los anfitriones, que se marcharon al descanso con un 60-45. Los de Monty Williams reaccionaron hasta colocarse con un inquietante 74-70, pero entonces surgieron las figuras de Khris Middleton y, sobre todo, Jrue Holiday para anotar importantísimos triples que ejercieron de rampa de despegue hacia otro rotundo parcial de 16-0. Con Booker limitado a 10 puntos con un flojísimo 3 de 14 en tiros de campo, el 98-76 al término del tercer cuarto no tuvo vuelta atrás. Milwaukee recuperó sensaciones ganadoras y demostró a Phoenix que el camino hacia el anillo no es en absoluto sencillo y que tiene argumentos para alargar y equilibrar la serie.